- Me parece magnífico que se esté por desaforar a la congresista Canchaya por sinvergüenza barata.
Y me parecería excelente que se les levante la inmunidad ante la Justicia a todos esos congresistas vándalos que hicieron una patética irrupción violenta en el hemiciclo hasta rompiendo narices, aunque temo que haya “otoronguismo” por los cubileteos propios para elegir a la nueva Mesa Directiva congresal y por la importante e inminente votación para elegir a los cuatro miembros del Tribunal Constitucional (se necesitan 80 votos para cada uno), así que no se vaya a dar el “no te levantamos la inmunidad, pero votas por Meche y los dos candidatos filoapristas que postulan al TC”. Así es la política. Y creo que es urgente que se dilucide cuanto antes si la legisladora Huancahuari falseó datos para que le preste el Banmat. Si es verdad, sería una mentirosa extrema (decir que está ciega), una ladrona (y de fondos que van para precisamente los más pobres) y una falsificadora, así que de ser cierto debería ser también desaforada porque una persona con esas “cualidades” no puede ser congresista. Si hizo lo de Banmat. ¿Qué no será capaz de hacer? ¡Qué miedo!
– Lamentablemente, estas últimas movidas diplomáticas demuestran que el eje Santiago-Quito goza de buena salud y que a los chilenos no les incomoda tratar con chavistas inestables con tal de aislarnos en nuestros reclamos. Y Bolivia es capaz de venderse por cualquier cosa, sobre todo con ese Evo de Presidente y ese canciller folclórico de Choquehuanca, a cuyo lado Pacheco es Kissinger. No me asombraría que Santiago los atarante pronto otra vez con la promesa de una salida al mar sólo para complicarnos la vida. Debemos acercarnos más a Washington (darles una base militar nos otorgaría cierto seguro de vida en seguridad. Valdría la pena el sacrificio), Brasilia (urge por eso concretar la megainversión de Petrobras en la fábrica de químicos en Ilo, porque Lula parafrasea al gringo Dulles con General Motors: “Donde va Petrobras, va Brasil”), Moscú (proveedor básico de armas. Comprarle a Georgia, Bielorrusia, Ucrania o Turkemenistán es un disparate.
Estos “chicheros” no te dan garantías de repuestos ni de mantenimiento y encima te peleas con un coloso. Allí lo barato te saldría carísimo), China (con TLC, reconocimiento de economía de mercado, tal vez compras de armas), Madrid (por ser nuestro interlocutor natural ante la UE, por sus inversiones aquí y porque el Apra debe reverdecer sus lazos con el PSOE.
Tal vez una visita de Alan allá a Zapatero no caiga mal), el Vaticano (que no quiere a Bachelet) y Bogotá. Buenos Aires queda descartado. No son confiables para nada desde que le vendieron armas a Ecuador en plena guerra y Kirchner es un tipo caprichoso, prepotente y errático. Tokio también va a estar lejos por un buen tiempo por el tema Fujimori.
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