¡Qué manera tan absurda de perder el tiempo con volver a plantear la bicameralidad! Aparte de que no solucionaría nada y más bien atracaría todo, es imposible que la ciudadanía la acepte, menos con el ambiente actual de destapes congresales. Sospecho que están buscando un sitio para enviar a los veteranos y darles cupo a los jóvenes, pero no se trata de crear tetas presupuestarias por esto.
También es un disparate eso de plantear renovaciones parlamentarias por tercios. Viviríamos en elecciones perpetuas y la politiquería electoral –la más peligrosa– se volvería cotidiana. Además, ya esto trajo mil problemas cuando se practicó durante la llamada “República Aristocrática” (apodo huachafo que los rojos le pusieron al período 1895-1919).
Revisen a Basadre. Más bien, vayamos ya de una vez al voto voluntario, para que sufrague aquel que está interesado e informado y no el burro arriado por multas. También eliminemos el voto preferencial, que ha generado pesadillas dignas de Goya como ver a Susy Díaz en el Congreso.
-Pensando en términos estratégicos, es hora de aflojar algo el SNIP y gastar. Necesitamos legitimar el modelo de economía de mercado y el sistema democrático ante las grandes mayorías, especialmente en el sur. ¿Cómo creen que se siente una persona pobre a la que le dicen que hay una gran bonanza y no la ve? Obviamente, se malhumora, piensa que le están robando, se resiente y termina apoyando a radicales antisistema: nunca cuentes plata delante de pobres. Soy ortodoxo como el que más y detesto el tumbesino monumento al lagarto, pero se nos va a aparecer otro agente antisistema (Ollanta o SL) si seguimos con el puño cerrado en extremo. Acá en Lima nos dormimos en la complacencia y decimos “SNIP a fondo”, pero la bronca en provincias está creciendo...
El SNIP estuvo diseñado como un colador para cuidar recursos escasos, pero ahora se ha vuelto un cinturón de castidad malogrado en plena luna de miel. Además… ¿alguien me explica cómo justificas el retorno de una carretera en el Perú? Es evidente que primero viene la arteria (la pista) y después el músculo (el desarrollo) alrededor de éste. Por ejemplo, unes Viñac a Lunahuaná y creas un polo turístico. O urge asfaltar Aucayacu-Juanjuí para que San Martín llegue a Lima con su arroz en doce horas por el sur y no por Corral Quemado (muchos pitean contra las Interoceánicas, pero no dicen nada de Olmos… En todo caso, prefiero carreteras faraónicas a irrigaciones faraónicas). Y ya está comenzando a usarse el canon regional en gasto corriente (maestros), lo cual es trágico. Eso nos puede conducir al modelo argentino, donde hasta el 80% de la PEA de una provincia trabajaba para el gobierno regional, lo que provocó el colapso fiscal.
A hacer obra –especialmente vial– de una vez, con controles claros para no ver monumentos al árbitro y palacios municipales como el de Ilave. O ejecutar los proyectos ya “esnipeados” bajo Toledo, como reclama Kurt Burneo. ¡Pero a hacer algo!
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