Sigo con los mitos de los rojos que trataba ayer.
Otro sonsonete es que las ganancias de capital han subido mucho más en la composición del PBI en relación a las ganancias por trabajo. Otra de texto de curso de Economía... Este fenómeno es típico en un marco de recuperación y de expansión económica: las empresas se capitalizan más y más rápido porque son agentes que están preparados para captar más velozmente ese impacto positivo, mientras que demora un poco en sentirse en salarios porque existe una gran disposición de mano de obra no cualificada y por eso se da la impresión de una mayor brecha (lo que no significa un empeoramiento de las condiciones de vida. Todos mejoran, pero unos mucho más que otros). Es que lamentablemente la educación pública peruana bota gente que apenas sabe su nombre y poco más. Recuerdo claramente cómo durante una CADE el encargado de contratar a todo el personal para un conglomerado económico local refirió que el primer problema con que se topaba era con que los aspirantes a puestos, los practicantes y los aprendices no sabían redactar o entender textos elementales. Así no podían generar ni memos para informar ni aprender los manuales de uso para capacitarse y todo el entrenamiento se complicaba muchísimo. Y estamos hablando de lo mínimo que debería saber hacer alguien que ha terminado la secundaria (o que ha hecho una buena primaria). ¡Gracias, SUTEP!
Los ingresos subirán (y la diferencia con los márgenes de ganancias bajarán) simplemente cuando se sature la demanda por el factor Trabajo, como ya ha ocurrido efectivamente con gerentes, técnicos y obreros de construcción.
Otro cuento es que somos el mendigo en el banco de oro, que los extranjeros se llevan nuestras riquezas, como si éstas estuvieran tiradas a la vista. Como bien nos decía Gonzalo Zegarra, director de Semana Económica, en una entrevista reciente: Yo invierto en exploración, asumiendo el riesgo de grandes pérdidas (...) Hay un tema ideológico (...) que la riqueza preexiste en el mundo y viene el empresario y se la apropia, cuando la riqueza se crea. El mineral o el hidrocarburo vale cero hasta cuando es ubicado, extraído y procesado.
Es que los rojos y caviares piensan que el petróleo o los minerales son como coca-cola o galletas que están aquicito nomás para consumirlos, cuando hay que buscarlos con riesgo de perder dinero, encontrarlos tras muchas prospecciones y movimiento de gente, hacer huecos costosos, procesarlos y transportarlos con ductos o camiones desde mucha distancia. No es que los extranjeros estiran la mano y se los llevan del país facilito. Si no los buscan ellos asumiendo los costos y riesgos, pues seguirán enterrados allí y la generación de riqueza será inexistente.
También les encanta hablar de empleo precario, como si no entendiesen que no hay peor empleo que aquel que no existe. Puede el Estado poner las condiciones más maravillosas para el trabajador, pero el empresario simplemente no creará el puesto (o lo informalizará) si no le salen los números (y tiene además una gran cantidad de gente nada cualificada dispuesta a hacerlo). Así de simple.
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