Ya Huamán, los caviares y los rojos salieron tras el discurso de Fiestas Patrias con que no se tocaron los temas que el Pensamiento La República-PUCP han puesto de moda entre esa grey (este Pensamiento también vive obsesionado con idealizar a la CAN y Petroperú y denostar los TLC).
El primero es exigir una subida de remuneraciones para enfrentar la inflación, particularmente el ingreso mínimo. ¿Es que no han aprendido –tras las experiencias de los 70 y 80– que lo peor que puedes hacer durante una ola inflacionaria es ponerte a subir salarios al por mayor, pues eso es como echarle gasolina al fuego? El poder adquisitivo que se recuperaría pronto no sólo sería devorado por la inflación, sino que ésta reduciría aún más lo conservado. Estos aumentos sólo procederían cuando este rebrote inflacionario haya sido controlado.
Otro es exigir que el Fondo de Estabilización no se guíe por los precios de los marcadores internacionales (como el West Texas), porque les compramos crudos supuestamente más baratos a los vecinos y así le regalamos la plata a las dos refinerías. Ya César Gutiérrez de Petroperú ha explicado que en todas sus importaciones se utilizan estos marcadores internacionales porque así se transa en el mundo petrolero, pero esta gente no quiere entender y dale con el sonsonete.
Otro es el tema de las benditas sobreganancias mineras y petroleras. A) Nunca, nunca se deben cambiar reglas de juego. Hacerlo es la mejor receta para espantar las inversiones. Esto no es EEUU o Inglaterra, que se pueden permitir ese lujo. B) Si cobras sobreganancias en un negocio cíclico, entonces éstos podrían exigirte crédito fiscal cuando existan sobrepérdidas, o algo como ese rescate regalón que les hizo el segundo belaundismo. Recordemos que estas actividades estuvieron hasta las patas durante la fuerte caída de precios en el lapso 1998-2002. Es un negocio de picos y abismos. C) Esos acuerdos de contratos-ley –que hay que respetar totalmente– tuvieron que hacerse en los 90 porque precisamente gracias a las ideas y actividades izquierdistas –expropiaciones de Velasco y García, expulsión por años del circuito financiero internacional, tradición de control de cambios, ataques senderistas– nadie quería invertir en este pequeño económicamente, problemático políticamente y alejado geográficamente Perú. D) Es incluso estúpidamente tardío pedir eso ahora, porque es claro que el ciclo ya está hacia la baja. E) Por ganarte algo más de dinero espantarías los US$20 millones de inversión minera en marcha. ¡Pésimo negocio! F) Ya la carga fiscal minera es alta: 30% de impuesto a la renta, más 4% por repartición de dividendos, más 8% por repartición de utilidades a los trabajadores. ¿No es suficiente 42% de carga tributaria (sin contar el aporte voluntario)? ¿Quieren matar a la gallina de los huevos de oro?
Encima, son tan torpes que quieren meterle esto a las petroleras, cuando nuestro país es aún muy, muy poco atractivo en este área (nuestros campos son chiquitos o alejados o de petróleo muy pesado) y Perupetro ha tenido esta ola de inversiones sólo tras una laboriosa y larga labor (ayudada ciertamente por la coyuntura actual de precios).Ya seguiré desmenuzando estos mitos. Es que para ser rojo hay que ser bruto
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