25 octubre 2006

“Garganta profunda” en ONG

Continuamos transcribiendo líneas claves de este interesante blog (http://killinchadas.blogspot.com/) del activista zurdo Ricardo Alvarado, que está conmocionando al mundo ONG: “Un punto común a estas instituciones fue su rechazo sistemático a SL: no necesariamente a sus ideales violentistas, sino más bien a su espíritu dogmático y sectario. La creación de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) en 1985 no se reflejó en un cambio del discurso ambiguo frente a la violencia. (…) Tras la Marcha de los Cuatro Suyos, en la cual la CNDDHH no se involucró directamente, sino en calidad de observadora (…) y el nombramiento de Valentín Paniagua como presidente provisional, brindaron la gran oportunidad a la CNDDHH para imponer al nuevo gobierno, carente de agenda propia, elementos de su propia agenda política (…). El 4 de junio del 2001 fue publicado el Decreto Supremo de creación de la Comisión de la Verdad (…). La CNDDHH llegó al cenit de su poder (…). Se había creado un poder virtual (…). Los conflictos internos de la CNDDHH hallaron su máxima expresiónen el momento de elegir al sucesor de Macher (…) una solución de compromiso entre los bandos en disputa, en la que Francisco Soberón, el “hombre fuerte” de APRODEH (…) fue designado para encabezar la CNDDHH. La elección de Soberón, hombre ligado al PUM y caracterizado como “escudero” del popular congresista Javier Diez Canseco, hizo presagiar una radicalización (…) la salida de esta situación no provino de las ONG más poderosas -IDL y APRODEH- ni tampoco de una milagrosa intervención extranjera: el tiempo de respiro del que ahora goza la CNDDHH fue obra de (…) el caso Lucanamarca (…). Ya hemos hablado del escaso poder de convocatoria de la CNDDHH (…).
Pero el gobierno aprista cometió un error de cálculo: confundir la indiferencia de la población respecto de la suerte del movimiento de derechos humanos con una oposición activa. Y una vez que se ha hecho un mal diagnóstico, la política pasa a ser un juego de minorías activas.(…) el gobierno podía quedar en off-side.
Y así sucedió (…) no debe confundirse con una victoria definitiva de la CNDDHH sobre el gobierno aprista (…) hay quienes están muy dispuestos a contribuir en cualquier evento en que haya cámaras y flashes (…) me refiero expresamente a APRODEH y al IDL, que estuvieron presentes -y hasta robaron cámara- en la conferencia de prensa, pero a quienes no se vio ni remotamente en la manifestación frente a la Base Naval (…) no estuvo la CNDDHH, ni otras ONG de derechos humanos (…).
¿Habrá algo más importante que hacer acto de presencia en la sentencia contra SL, aunque sólo fuese por motivos pragmáticos? (…)
Sería terrible que la CNDDHH haga un mal uso de este tiempo de respiro. La crisis del movimiento peruano de derechos humanos no es coyuntural; se da por el agotamiento de un discurso y de un estilo de trabajo”.

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