22 octubre 2006

Meche, Chang y una ley

Columna publicada en Diario Correo
Domingo, 22 de octubre de 2006
Por Aldo Mariátegui

1) El Krav Magá (del hebreo “combate de contacto”) es un fascinante arte marcial, creado por el israelí Imi Lichtenfeld en los 30. Su énfasis es quitarle la iniciativa al agresor e incluso aprovechar la inercia de su impulso al agredir para neutralizarlo y desarmarlo. La practicidad, el sacar provecho, es su lema. Algo de eso se está aplicando con este inminente fenómeno de El Niño al buscar no sólo combatirlo, sino aprovecharlo. Estas recientes medidas gubernamentales al respecto, como la idea de próximamente tirar semillas de algarrobo en el desierto para que las lluvias las hagan florecer o echar alevines de Tilapia en las lagunas que se formen, son Krav Magá de primera. Bien jugado.
2) Si bien discrepo con el muy correcto ex ministro Sota Nadal respecto de la política educativa del toledismo –creo que se pudo hacer mucho más y que más bien el hecho de que no se hayan dado huelgas del Sutep indica que éstos andaban complacidos con la falta de reformas incómodas a la mediocre molicie profesional que cobija este sindicato, capturado por ignorantes extremistas-, éste tiene toda la razón al exigir que el presente Congreso debata cuanto antes el proyecto de Ley de la Carrera Pública Magisterial, un instrumento imprescindible para emprender el largo camino para sacar a nuestra educación pública del catastrófico marasmo en el que se encuentra.
Lo curioso es que quien preside el actual Congreso es nada menos que una ex ministra de Educación (aunque, la verdad, su paso por dicha cartera fue bastante opaco), por lo que sorprende que Meche Cabanillas no le haya dado la máxima prioridad a este debate dentro de la presente agenda legislativa (alegará que no está en sus manos, pero todos sabemos que los presidentes del Legislativo tienen bastante fuerza para fijar temas). Es más, Cabanillas presidió la Comisión de Educación del Congreso de la era toledista y tampoco –al igual que los amigos chakanos de Sota Nadal- impulsó esta tan necesaria norma en aquellos tiempos. Y también asombra el mutismo del ministro Chang respecto de esta medida, así como de Carlos Gallardo, el nuevo titular del Colegio de Profesores. ¿Por qué no se la exigen al Congreso? Tampoco se ha reglamentado el Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa (Sineace), otra herramienta elemental.
Otro punto a cambiar es ese monopolio gremial que existe para ser maestro. Con las normas actuales, Albert Einstein o Jorge Basadre no podrían enseñar Física e Historia del Perú en un colegio público nacional. ¿Por qué no permitir que profesionales de otras carreras también puedan enseñar, habida cuenta el pésimo nivel de los profesores actuales? Percibo con pena mucho inmovilismo en Chang, Cabanillas y Gallardo sobre un tema vital como el Educativo, más aún en terrenos donde se puede avanzar rápido, como la aprobación de esta ley.

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