Ayer tuve la suerte de escuchar, junto a otros colegas, una larga y franca exposición sobre la infiltración chavista en nuestra América por parte del ex presidente boliviano Jorge “Tuto” Quiroga, actual líder de la oposición en Bolivia. Más que una exposición, se trató de una dramática advertencia.
Según Quiroga, que ya está por graduarse de “chavólogo”, el mandatario venezolano ha montado, paso a paso, una exitosa transnacional de infiltración política, basada en:
1) Los millones que está obteniendo por el petróleo, usando a PDVSA como su monedero.
2) Un pragmatismo total, que lo hace cambiar de candidatos y estrategias.
3) Un recetario de avance político común, que se basa en destruir el orden anterior mediante fórmulas como asambleas constituyentes, destrucción de la prensa libre y cooptación de las FFAA vía purgas, compra de armas y corrupción. Una reedición del “binomio Pueblo-Fuerza Armada” de Velasco, pero con partido político propio (aquí, felizmente para el país, Velasco adoptó la tesis del “no partido” de su ideólogo Carlos Delgado Olivera).
4) Una siembra de sucursales por todos lados, en base a los círculos bolivarianos y la ALBA, financiadas por “maletines” llenos de dinero que llegan vía diplomática.
5) La incitación de marchas que provoquen muertos y 6) Una compra de todos los movimientos radicales de la zona (como los “sin tierra” de Brasil). Además, contó sabrosos detalles de la personalidad de Chávez, haciendo la salvedad de que no se trata ni de un tonto ni de una marioneta cubana. Recalcó que además de obsesivo, palabrero y showman, posee una memoria fantástica y una convicción mesiánica de ser el nuevo Bolívar, así como una admiración sin límites por Velasco.
Sobre Cuba, más bien piensa que si bien Chávez usa mucho del “expertise” isleño, el llanero es quien tiene la sartén por el mango al depender la isla exclusivamente de los 90 mil barriles diarios que Caracas suministra a La Habana y que ha sido mucho más efectivo que Castro, pues éste solamente logró controlar Nicaragua (olvidó a Granada), mientras que Chávez tiene a Bolivia, Ecuador y Nicaragua casi en su bolsillo, a Paraguay muy pronto a caer en sus garras con ese obispo rojo de candidato que está aprovechando la crisis del Partido Colorado, a Brasil neutralizado y a Argentina sobornada a base de comprarle bonos (¡US$5 mil millones hasta ahora!) y demás dádivas (como esos US$400 mil de este famoso “maletinazo”, que parece que iban para la campaña electoral argentina).
Asimismo, manipula a la OEA al contar con más de 10 votos de islitas caribeñas que “aceita” a base de petróleo. Por eso la OEA ni chistó cuando cerró a la emisora RCTV.
En cuanto a los gringos, éstos no han mostrado más que suma torpeza al enfrentarlo (“mejor que ni se metan, que terminan siendo sus mejores aliados”) y la verdad es que por lo que contó de Condoleezza Rice, la máxima autoridad diplomática yanqui es bastante obtusa, como también buena parte de la prensa internacional. Y reafirmó que tras Paraguay, Colombia y Perú son las próximas metas chavistas.
Aquí casi gana el chavismo y hace poco acaba de comprar un periódico, donde un resentido pterodáctilo rojo funge de director, terminando sus días de sirviente de Chávez. Recalcó que Ollanta Humala es por ahora su espolique local, pero que no dudaría en cambiarlo por otro si ve que no le es útil.
Felizmente, Quiroga “le ha parado los machos” a Evo en Bolivia y una oposición coherente ha logrado evitar una caída completa en el chavismo, comenzando por una férrea lucha diaria en el Senado, en la Constituyente y con la ayuda de la prensa libre. Es que según contó, la colonización mental y volitiva de Evo por Chávez es absoluta (recordó el vergonzoso discurso conjunto de Tiahuanaco, donde Chávez lo callaba a cada rato), tanto así que se va a convertir en su mayorista de gas, un pésimo negocio para Bolivia, y le va a quitar así el mercado argentino, el más grande para Bolivia, con la complicidad de Kirchner. ¿Cómo combatirlo? Quiroga sugirió no ceder en la lucha política, impedir el ingreso de dinero e infiltración por su embajada (no descartó su cierre), tener una prensa libre y valiente (aquí pocos se la jugaron contra Humala…) y establecer un control riguroso en las ONG. Lamentablemente, tenemos una poderosa y curiosa coalición en contra de estas acciones, aliada involuntaria del chavismo local:
1) El canciller García Belaunde, que no sólo no toma acciones contra la diplomática venezolana que reparte el billete aquí y que fue expulsada anteriormente de Panamá, sino que cometió la torpeza de traer aquí a Evo Morales y convertirlo en un “superstar”, callando sobre su requisitoriado asesor emerretista. Su corazoncito sigue en la CAN de sus amores.
2) Agustín Haya, el titular de APCI, que hasta ahora no toma acciones decididas contra la ALBA y
3) Toda esa prensa caviar que no deja de oponerse a la ley de las ONG. Es más, existe ahora una intensa actividad caviar, apoyada por Yonhy Lescano, para que el TC declare inválida esa norma.
Cada vez que Quiroga enfatizaba la necesidad de controlar a las ONG, yo no podía menos que mirar irónicamente a mis despistados colegas caviares…
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