04 enero 2008

Los tres días del Cóndor (02/01)

No soy fan del ex dictador general Francisco Morales Bermúdez (FMB), pero insisto en que no se le debe dar trámite a esta extradición italiana por insustancial y por ser un linchamiento ideologizado. Dudo mucho que Perú haya estado muy metido en la bárbara Operación Cóndor para limpiar de terroristas rojos el subcontinente. Las relaciones Videla-FMB no fueron jamás tórridas: era sabido que los uniformados argentinos despreciaban a FMB por considerarlo políticamente “rosado”, amén de cobardón al negarse siempre a acompañarlos en atacar a Chile. Fue muy público un desaire allá al entonces premier moralista general Molina Palocchia. De los peruanos sólo apreciaban al general Luis Gaucho Cisneros, fascistón ministro del Interior formado en Buenos Aires. Pero el Gaucho se peleó con FMB y fue enviado a un exilio dorado en París. Se dice que la deportación a Jujuy de un grupo de radicales rojos criollos (Letts, 0.5% Canseco, Ledesma, Pacho, etc.) fue parte de “Cóndor”, pero no lo creo. No los mataron ni torturaron (cuando hubieran podido hacerlo tranquilamente) y terminaron soltándolos: esa no era la agenda de “Cóndor”. Además, también deportaron en ese grupo al periodista derechista Baella Tuesta, lo cual no calzaba con un operativo “Cóndor”.

En cuanto a la desaparición en 1977 del montonero Maguid (pieza clave en esa banda) en San Isidro, todo apunta a que fue un secuestro argentino sin mayor coordinación local. Y los zamaqueados montoneros capturados en 1980 fueron formalmente entregados a la Bolivia democrática gobernada por Lidia Gueiler, no a un país “Cóndor”.
Salta a leguas que la izquierda local apoya este reclamo por profunda antipatía, dado que FMB derrocó a su adorado Velasco, un ser extraordinariamente generoso con ellos, que les regaló puestos públicos, embajadas, diarios, canales, sindicatos, etc... Los comunistas moscovitas (Del Prado, Gustavo Espinoza, Ruiz Caro), los democristianos (Cornejo Chávez y su gente), los socialprogresistas (Ruiz Eldredge, etc.) y otros rojitos, “progres” y caviares (en aquel entonces conocidos como “izquierda miraflorina”. Paco Moncloa era un exponente típico) no habían sido casi nada electoralmente antes. Cierto que el sector radical rojo, como los “trotskos” del posterior FOCEP, los maoístas de Patria Roja-UDP y los pitucos de Vanguardia Revolucionaria (de donde salieron casi todos los caviares actuales) se le opusieron. Pero esa era la parte lunática zurda y recién los dos primeros llegarían a un resultado electoral interesante en la Constituyente de 1978. Velasco no sólo le dio a la izquierda una fuerza jamás soñada, sino que dejó muchos estómagos agradecidos, gente que comió caliente por primera vez.
Toda esta tetaza la cortó FMB con el golpe y permitiendo una muy necesaria y masiva purga de cuadros sindicaleros comunistas infiltrados en el sector manufacturero por la CGTP, que aprovechó al velasquista ministro de Trabajo Sala Orozco y su estabilidad laboral absoluta, diseñada por su asesor comunista Rendón Vásquez. No se podía trabajar con estos radicales adentro. También FMB peleó casi diariamente con el Sutep. Por eso los rojos le tienen tanta “hambre” y ahora quieren fregarlo.

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