Un amigo, metido en Educación, me manda un e-mail con un interesante análisis sobre el Plan Educativo Nacional (PEN). Lo copio, algo editado: “Ese PEN es un plan con seis objetivos, pero con… ¡sesenta políticas! Lista de lavandería que incluye casi todo lo que se puede hacer en Educación. Demasiado vago y ambicioso, como esos devaneos soviéticos para construir al ‘hombre nuevo’ y no simplemente para equipar a los chicos con un buen paquete escolar básico y formativo de valores, cultura y conocimientos, que es el objetivo a buscar. No es un plan para cambiar la educación ni una política integral como tanto se alega, menos aún para una Educación en emergencia como la peruana. Mucho más serviría un conjunto de cinco políticas prioritarias que incidieran fuertemente como: 1) Captación y capacitación de los recursos humanos –los maestros– de buen nivel en el sistema. Y nada como la competencia para estimular la excelencia. Por eso se debe abrir ese mercado en secundaria a los profesionales que quieran dar clases tras una capacitación pedagógica básica. 2) Definitivamente implementar el pago por resultados a maestros y directores. 3) Es menester un mínimo razonable de infraestructura. 4) Buenos textos y con maestros entrenados para saber usarlos. Si no se convierten en adornos como ahora y 5) Se debe agrupar a los niños campesinos en internados temporales, tipo el programa Pro-rural. No puede darse una escuela rural adecuada en la Sierra con un solo maestro y una docena de niños de distintas edades y grados. Eso es absurdo y cruel. Tampoco necesitas un ente tan grande como este idealizado y sacralizado Consejo Nacional de Educación (CN). Tal vez sí a León Trahtemberg, a Hugo Díaz y alguno más, pero no un consejo de veinticuatro caballeros, que como no se ponen de acuerdo, entonces ponen en una sábana de papel todo lo que propone cada uno y lo bautizan ¡‘Plan Educativo Nacional’! Oye, la mayoría de estos son teóricos que hablan como buenos y nunca han gestionado ni un kiosco. Y no menciono los pelajes políticos y egos. Me imagino que adivinarás cómo es Barrera Bazán de Patria Roja. Imposible razonar con él. Y el buen Constantino es sólo un francotirador. Posición fácil, mediática y cómoda, pero estéril y nihilista. Lo que sí está claro es que la batalla inminente este marzo será el CEN contra Chang. Por todos los medios tratarán de volarse o debilitar al chino porque saben que se juegan su supervivencia. La manera de que retrocedan es mostrando que de ese parto de los montes sólo ha salido un pomposo y palabrero ‘Proyecto Educativo Nacional’, un largo mamotreto que la prensa caviar y sus ingenuos corifeos están vendiendo como gato por liebre, mientras que por otro lado la prensa roja no cesará de maletear diariamente a Chang. Pinza típica, compadre. Ese PEN es tan sólo un mito políticamente correcto.
Como escribió el gran fabulista Félix Samaniego: Con varios ademanes horrorosos los montes de parir dieron señales/consintieron los hombres temerosos/ver nacer los abortos más fatales/después que con bramidos espantosos/infundieron pavor a los mortales/estos montes que al mundo estremecieron/¡un ratoncillo fue lo que parieron!/ Hay autores que en voces misteriosas/estilo fanfarrón y campanudo/nos anuncian ideas portentosas/pero suele a menudo/ser el gran parto de su pensamiento/después de tanto ruido… sólo viento” .
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