-No, Canciller, no. El Perú no puede votar por el brasileño Cancado como juez en La Haya. Ese tipejo no sólo dispuso una indigna y extraviada indemnización para terroristas, sino que encima los elogió y comparó con Juana de Arco. Si no nos gusta o conviene el colombiano, pues a abstenerse. Creo que hasta prefiero perder el litigio a que se apoye a un tipo que nos escupió a todos en la cara. Eso se llama dignidad.
- Curioso personaje esta Ingrid Betancourt. Seguí su carrera desde sus inicios y siempre me dio la impresión de que pasó de ser una promesa a alguien que cada vez se estaba poniendo más chiflada. Hija de un ex ministro de la dictadura de Rojas Pinilla y una Miss Colombia, arrancó como una especie de Anel Townsend, siendo su leitmotiv la lucha contra la corrupción. Fue la pesadilla del polémico ex presidente Samper (le sacó un libro donde le dio con todo) y terminó rompiendo con los liberales para fundar un partido medio ecologista llamado “Verde Oxígeno”. Elegida senadora con la votación particular más alta, se halló en el cenit de su carrera. Desde ese momento empezó su declive y su tendencia a usar cada vez más la payasada, algo que no es completamente raro en Colombia, donde el ex alcalde bogotano Mockus era un excéntrico que le enseñaba el trasero a sus opositores y se casó en una jaula de leones. Ingrid se puso a hacer huelgas de hambre en el hemiciclo, a repartir condones (para hacer semejanzas entre el SIDA y la corrupción), regalar viagras y más disparates por el estilo, lanzándose a candidata presidencial dándole besos a una estatua de Bolívar. Pero la payasada no le ligó, la gente la dejó de tomar en serio y andaba medio desesperada porque su intención de voto no superaba el 1%, como nuestro querido Javier 0.5% Canseco. Ante el miedo de extinguirse políticamente, como le sucedió aquí a Anel Townsend, se la jugó para atraer cámaras y el 2002 se adentró en territorio de las FARC a pesar de las advertencias de los últimos puestos de control militares por donde pasó. Su temeraria irresponsabilidad le salió cara al ser capturada. ¡Pobrecilla!
Es estremecedor enterarse del sádico trato que estos narcos mafiosos rojos le están dando. Ojalá que estos monstruos dejen de matarla de a pocos y la liberen.
PD: Mi estimado chihuahua, que ahora ladras “schütz, schütz” y “miguelín, lín, lín”, los apellidos vasconavarros no se pronuncian como franceses, así que deja de ser tan huachafín como tus ternos y corbatas. Y –aparte de tus canalladas de meterte gratuitamente con gente que trabajó contigo en las horas más duras y que, lamentablemente, aún te aprecia y perdona con inmerecidas frases entrañables– lo tuyo con Rebequita sí que es una sociedad en toda la regla, que hasta le “vendes” inmuebles (siempre una por otra, de acuerdo con tus pedidos). Hasta el lunes, si quieres seguirla, que es verano y los fines de semana no me ocupo de la baja policía.
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