12 abril 2007

:: Firmeza con Alvarez (12/04)

1) El presidente regional de Ancash debe ser inmediatamente vacado y detenido por incitar a hechos violentos (¡muertos, heridos y tomas de carreteras!). Ya hay que acabar con estas algaradas violentistas azuzadas por… autoridades. ¡Vivamos en un país civilizado! El gobierno no puede aflojar aquí o esto le va a significar su equivalente al tolediano “Arequipazo” y ya se volvería un gobierno débil y “lorna” como aquél.
2)La negativa de la jueza Villa Bonilla a que Giampietri declare por videoconferencia confirma que todo es por fregar. Ella sabe bien que la pregunta esa como testigo es tan tonta que no necesita “valorar sus gestos” e “inmediación”.
3)Para amenizar, copio unas líneas de las memorias de Luis Alberto Sánchez respecto de un incidente ocurrido entre nuestro escritor Ventura García Calderón y un diplomático Maúrtua cuando ambos negociaban con Colombia tras la miniguerra de Leticia de los 30: “Cuando la delegación peruana llegó a Río, Maúrtua indagó por su equipaje. Para ser más preciso, escribió rápidamente una nota personal dirigida al ministro García Calderón, y la metió en un sobre.
Grande fue la sorpresa de Gonzalo Aramburú cuando Ventura le llamó a grandes alaridos: “Aramburú, siéntese a la máquina, por favor, y redacte una nota diciéndole a ese canalla de Maúrtua que su equipaje no ha llegado, y que yo no soy guardián de equipajes de nadie: pero escríbalo en un trozo de papel higiénico y mándeselo”. Aramburú se resistió. ¿Cómo iba a usar un trozo de papel higiénico, es decir, de toilette, para dirigirse al Jefe de la Delegación Peruana? “Usted obedece nomás”, rugió Ventura.
“¿Es que no ha visto usted que ese zambo de mierda me ha escrito en un papel ordinario para humillarme?”. Maúrtua, por inadvertencia o prisa, había utilizado una hoja de los blocks para mensajes telefónicos. De ninguna manera podía ello compararse al ánimo de ofensa que representaba la decisión de Ventura.
Al fin Aramburú tuvo que resignarse. Salió el mensaje en papel higiénico, felizmente limpio. Entonces comenzaron los aprietos para Carlos Holguín de Lavalle, secretario de Maúrtua. Al recibir la misiva de Ventura, en aquella forma, Maúrtua pegó un salto. “Holguín, por favor, siéntese a la máquina y escríbale a ese carajo que lo que yo reclamo es el equipaje del jefe de la Delegación del Perú, consignado al representante oficial del Perú en Río, un empleado cualquiera; no se trata de nada personal; hágalo en papel higiénico y enseguida me lo pasa para limpiarme el… y mandárselo”.
Holguín desplegó todos sus artes para que Maúrtua se limitara a retrucar en la misma clase de papel, “pero sin usarlo”. Naturalmente, el incidente ocurrido a todo grito en dos departamentos del mismo piso de un mismo hotel, el “Copacabana Palace”, llegó a conocimiento de los alojados en el edificio. La delegación colombiana, vecina a la peruana, se enteró de todo.
La diplomacia fluminense conoció el episodio como “el incidente del papel higiénico”…”. No sé por qué esto me recuerda a las relaciones actuales entre ciertos dirigentes apristas...

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