26 abril 2007

La lógica cocalera (20/04)

“Mi planta es sagrada porque tiene una influencia histórica muy antigua en mi cultura e identidad. Me conecta con la divinidad y la consumían mis antepasados. Y de su siembra vivimos todos en mi localidad. No tenemos la culpa para nada de que nuestra producción vaya al narcotráfico, que eso sí es malo. Si tratan de erradicarla, recurriremos a la violencia”. Estos conceptos no se refieren solamente a un cocalero peruano, sino que también pueden ser perfectamente pronunciados por un cultivador “rasta” jamaiquino con respecto a la marihuana, un somalí –o un yemení– sobre el “khat” (era el equivalente a la coca, sagrado para los antiguos egipcios. Actualmente, casi todos los habitantes del Cuerno de Africa y Yemén viven “volados” con éste. “Estimulante vegetal que se masca, parecido al tabaco. Se trata de la planta con propiedades psicoestimulantes más potentes que se conoce hasta el momento.
Sus principios activos son los alcaloides psicotrópicos catina y catinona, emparentados con las anfetaminas”.
Tomado de Wikipedia, la enciclopedia favorita de Marcial Rubio) y, en cierta medida, por un afgano con respecto al opio. Excusas siempre van a tener, desde económicas hasta religiosas, para justificarse. Pero que no me vengan a decir los cocaleros que no saben que están sembrando el insumo principal para elaborar potentísimos venenos adictivos (“vaina”, “pie”, “crack”) que hacen un daño enorme y que no están colaborando con el crimen, que un montón de gente sufre, se embrutece, se envilece, mata y muere por culpa de la dichosa plantita que están cultivando. O que no saben bien que están sembrando eso en inmensas cantidades que exceden de modo impresionante lo que se necesita para la costumbre del chacchado, medicinas, gaseosas, etc...
O que no saben que los narcos están destrozando la Selva –donde ellos viven– tirando ácidos, químicos y kerosene a los ríos y deforestando bosques tropicales para sembrar coca, que quedarán yermos tras algunas cosechas. O que no saben que es un chiste eso de que la coca sirve para harina, pasta de dientes, chicles y ensaladas (y allí Alan García se prestó a su juego cuando hizo esa payasada de comerse una ensalada con hojas de coca haciendo de lechugas y elogiarla.
¡A ver si se come eso todos los días! Nadie, ni allá en la Selva, almuerza eso). Cocaleros, sean menos hipócritas y digan la verdad: que les es mucho mejor negocio personal sembrar coca que otros cultivos y que se pudran los demás seres humanos idiotas que la consumen y que los bosques selváticos se quemen con los químicos o se deforesten tras unas cuantas cosechas de coca. Reconozcan que esos no son sus problemas; que sólo quieren su billete de los narcos porque son pobres y quieren vivir mejor. Sólo les deseo una cosa: que ustedes y todos sus hijos se vuelvan adictos. No habría nada más delicioso que ver al alacrán envenenarse con su propio veneno.

1 comentario:

Anónimo dijo...

cual es tu propuesta sensata al problema de unas decadas de invento del procedimiento de cocaina... para mi ud. es un ignorante al tema y pagado por el imperialismo.