:: Vizcatán: chamba de Wagner

Columna Diario Correo
Por Aldo Mariátegui

Advierto que regreso con un tema muy poco navideño: a menos que existan razones meteorológicas, no debe pasar de este verano la extirpación de los cerca de 200 senderistas que se esconden en Vizcatán, cuyas huestes acaban de asesinar a cinco policías.
Dinero existe en la caja fiscal y no me digan que nuestro Ejército no es capaz de derrotar a un par de centenares de terroristas, sino ya no quedaría más que disolverlo por ser costosamente inútil (más de US$1,000 millones anuales) y entregar la custodia de nuestras fronteras a la ONU o a esas gigantescas compañías de mercenarios que operan como “consultores” en Iraq.
Acudo a una fuente y le pregunto primero si el terreno es tan complicado. Y como su respuesta es afirmativa –reitero que el punto no es navideño ni ecológico sino de eficacia militar–, le inquiero si se podría acudir al napalm (gelatina incendiaria. Ya se usó contra las guerrillas de 1965; incluso la fabricamos localmente) o a defoliadores para despejar la maleza. Me responde: “Son varias cumbres abruptas, espesamente boscosas, con valles profundos entre ellas. Hay poblaciones cautivas en esos valles. Ni napalm ni defoliadores. No servirían y serían totalmente contraproducentes. Lamentablemente, no hay forma de evitar sudar y sangrar en esta campaña.
Como dicen los fisicoculturistas, ‘no pain, no gain’ (sin dolor no hay ganancia). Pero sí hay cosas por hacer.
Los helicópteros son muy vulnerables porque tienen que volar muy cerca de los picos y por debajo de ellos si quieren aerotransportar comandos en los valles. Se estima que los senderistas tienen por lo menos dos ametralladoras pesadas y una MAG como para cubrir su espacio aéreo.
Y cuando desciendan, un francotirador puede dispararles en horizontal o incluso hacia abajo, lo que los puede hasta tumbar. Acuérdate cuántas de estas naves se bajaron los cubanos durante la invasión gringa a Granada sólo disparándoles al rotor posterior para que pierdan el control y se estrellen.
Pero tenemos varios Hind, esos helicópteros blindados MI-25 que utilizaron los soviéticos contra los mujahiddin en Afganistán con resultados devastadores, hasta que la CIA les proporcionó los misiles stinger a éstos. Algo similar pasó con los sandinistas. Felizmente, Sendero Luminoso no tiene ‘stingers’.
Pero lo penoso es que todos los Hind están inoperativos por falta de mantenimiento. Podrían perfectamente entrar como escolta de los helicópteros de transporte de personal y como apoyo táctico a nuestras patrullas en tierra. Evidentemente, debe haber guarniciones senderistas en las estribaciones. Entonces, debemos ‘sembrar’ patrullas en las alturas y avanzar con otras desde abajo. Es lento. Debe ir de la mano con estímulos (vía megáfonos, tirando panfletos y salvoconductos) para la rendición, la deserción y la entrega de información, además de darle apoyo a las poblaciones que den la espalda a Sendero Luminoso. A ver si Wagner lo hace de una buena vez”.