Columna Diario Correo
Por Aldo Mariátegui
Anda mal la ministra Pinilla. Es guapa, ambiciosa e inteligente, pero eso no basta para meterse en donde no tiene idea. Su propuesta de limitar la indemnización a S/.54 mil (US$16,600) no sólo no soluciona nada y no viene a cuento, sino que allí sí se lastima a trabajadores.
Veamos. Un ejecutivo que gane US$2 mil mensuales y que haya trabajado seis años para una firma es despedido. Como le toca su sueldo y medio por año trabajado, debería llevarse US$18 mil (US$3 mil por seis años) a su casa de indemnización, pero Pinilla lo limita y lo discrimina con respecto al que gana menos. Socialismo: “Friega a los que están mejor para igualarnos a todos”. ¿No era que todos somos iguales ante la ley, en las buenas y en las malas? Pero el mejor negocio del mundo es buscar al congresista aprista Franklin Sánchez y pedirle plata. Según como actúa políticamente, el hombre es generosísimo y te va a prestar al toque.
Luego, cuando venga a cobrarte, simplemente le pides que te condone la deuda y ¡chaufa! Porque si el caballero es coherente, debe actuar con su dinero de la misma manera como actúa con los fondos públicos. Resulta que el buen Franklin ha planteado perdonar los intereses que adeudan aquellos agricultores que se acogieron al generoso Rescate Financiero Agrario que se le “enyucó” a la banca comercial con aval público. Algo funcionó el tema, pues casi la mitad de los beneficiados cumplió con sus deudas, pero claro, la otra mitad ha hecho “perromuerto” y este Franklin quiere premiarlos, al mejor estilo del reciente regalo populista a los deudores del Banco de Materiales, donde se premió al “cabeceador” que mejoró su vivienda con el dinero de los idiotas que pagamos impuestos (ya no me sorprendería que mañana condonen Techo Propio con los mismos argumentos).
Pero Franklin no se queda allí de magnánimo, pues incluso ahora ha planteado que el Agrobanco otorgue créditos directos –ya no de segundo piso– para pequeños y medianos agricultores, pudiendo actuar además como un banco comercial más. Es decir, volver a regalarle la plata a nuestros “jardineros” –pues no se puede llamar agricultores a propietarios de minifundios de menos de cinco hectáreas–, que encima tercamente siembran en la Sierra ese pésimo negocio llamado papa cada año para masoquistamente quebrar, o si no arroz en la Costa para desperdiciar el agua, que es lo que más escasea allí y de paso salinizar la tierra.
A Franklin no le importa que esté funcionando mejor el actual sistema de cajas provinciales o municipales o que los “jardineros” tengan forzosamente que unirse disciplinadamente para recibir dinero de los habilitadores y así atreverse a sembrar unidos cultivos interesantes por indicaciones de éstos.
¡No pues, más fácil es perdonarles las deudas anteriores y a continuación volver a regalarles el dinero!
2 comentarios:
Alditus, un feivor.
Dile a tu causita Aldo M. que se manifieste acerca de lo que le esta pasando al Padre Arana.
Dile que lea un diario que HACE INVESTIGACION DE VERDAD, NO COMO EL SUYO, y saque sus conclusiones acerca de la "buena voluntad" de Yanacocha.
Saludos
No me cabe duda que lee lo que aquí se escribe.
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