Diario Correo
Por Aldo Mariátegui
La última encuesta de Apoyo trae algunos datos reveladores. García ronda el 60% de aprobación, lo que es un buen número en una plaza históricamente huraña al aprismo. Y es bueno que ande allí. La pasada experiencia con él y la de otros países (Chávez, Kirchner, etc…) ya nos ha enseñado que por lo general algo anda muy mal cuando nuestros tropicales gobernantes latinoamericanos son muy populares. Ni mucho que los ponga soberbios ni poco que los torne nerviosos y puedan inclinarlos a tomar alguna decisión aventurada. Y las razones de sus buenos números también le deben de ser reconfortantes: un amplio 70% menciona su pulseo con el SUTEP, un 40% su cruzada por la pena de muerte (para desánimo del ahogante y poderoso establishment caviar), un 39% su acuerdo con la Telefónica (lo que sepulta las críticas al respecto) y un 33% la “Tolerancia Cero” en transporte. Sus puntales Chang y Verónica Zavala deben andar chinos de risa, dado que le han sacado adelante estos difíciles temas. En cambio, quienes sí deben ir preocupándose son Mazzetti, María Zavala y Meche Aráoz, pues los puntos críticos son seguridad ciudadana (45%), falta de reformas en el Poder Judicial (44%) y el manejo del TLC (36%). La verdad es que no entiendo por qué García no aprovechó de una vez para cambiar a Mazzetti, que no da pie con bola. Si bien se les ve como las más “light” del gabinete (que no es el caso de Virginia Borra. Esta sencillamente no existe y es otra que ya debería irse a su casa), por lo menos María Zavala puede argüir que la reforma del PJ es un tema interno, mientras que Aráoz dirá que ella no tiene la culpa de que los demócratas hayan barrido a Bush, pero a Mazzetti no le sobran las disculpas. El resto puede andar tranquilo. Del Castillo y Carranza son dos pesos pesados que tendrían que salir por algo demasiado fuerte. Garrido Lecca transmite el mismo dinamismo que su antecesor Bruce, mientras que Joselo GB mejoró rápidamente los desaciertos de sus dos nefastos antecesores (un Torre Tagle en guerra civil, pésimas relaciones con Chile y Japón) y torea bien en la difícil plaza andina. Pinilla la anda por lo menos peleando en Trabajo y Rey acaba de sacar una excelente ley del atún que puede crear una industria norteña gigantesca, más aún ahora que las cosas se van a poner complicadas en Ecuador. Valdivia logró solucionar la contribución minera y hasta se topó con petróleo, mientras que Salazar está impulsando a forro el etanol y no está permitiendo que se malgaste el dinero del Banco Agrario. Pero Mazzetti y Borra están en nada, mientras que sólo les queda un semestre a Aráoz para sacar el TLC y a María Zavala para ganarle por lo menos el primer round a Fujimori. No quiero sonar sexista, pero salvo V. Zavala y Pinilla, las otras chicas no están brillando.
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