Bastante miope y parroquial la decisión gubernamental de que la ministra Aráoz (¡ni siquiera su viceministro!) no acuda a la actual reunión preliminar del foro APEC 2007 que se está realizando aquí en Cairns, Australia. Siendo el Perú el próximo anfitrión el 2008 y siendo APEC una iniciativa que los australianos (con quienes deberíamos iniciar conversaciones para un TLC) consideran su “baby”, no se entiende esta ausencia. Es más, debemos pensar que Perú –junto a otros países– es considerado una especie de “colado” en esta fiesta, pues existen sectores que no nos ven lo suficientemente ricos para estar aquí o que quieren priorizar más la relacion con el mundo asiático (corriente fuerte aquí en Australia) o que sólo aceptan la presencia de países americanos de mucho peso (EEUU, Canadá y México) en este foro, aunque en cierta medida están dispuestos a tolerar a Chile por el padrinazgo australiano y porque ha trabajado muchísimo sus relaciones políticas y diplomáticas en la región, tanto con el bloque anglo (Australia y Nueva Zelanda, con quienes tiene conectividad aérea intensa aparte de lo comercial) como con los asiáticos (acaba de cerrar un TLC con Japón). “Little Peru” tiene que bregar duro para ganarse espacio y no lo traten como a Papúa.
Y no digo que nos vayan a expulsar, sino que nos podrían ir dejando de lado.
Además, los australianos están trasladando mucho del “know-how” (logístico y de seguridad sobre todo) que están aprendiendo ahora como anfitriones a nosotros y como que se ve rarísimo que nuestras más altas autoridades no se dignen asistir.
Muchos dirán que qué diablos importa APEC. Pues sí importa porque es un foro muy interesante para iniciativas comerciales y diplomáticas. Estamos hablando de un club que comprende al sector del planeta que más rápido crece y estamos hablando de que vamos a recibir a los mandatarios de EEUU, Rusia, China, Japón y varios importantes más (Australia, Canadá, México, etc.), a la vez, en Lima el 2008. Es decir, salvo Europa y los petroárabes, el poder mundial se va a concentrar simultáneamente en nuestro país y Alan García se va a codear con ellos como Talleyrand en el Congreso de Viena. ¿Cuándo alguna vez nuestra Lima ha experimentado una situación similar en su historia? Y no me digan que se hizo por austeridad, porque ese es el ahorro del fraile, aquél que cuida cincos soles y termina perdiendo cien a la larga (como está pasando con la pérdida de cuadros técnicos estatales por sueldos bajos, otro disparate). ¿Cuánto podía costar mandar a Aráoz o a su viceministro aquí? ¿APEC vale un ahorro de seis mil dólares?
A veces los peruanos nos creemos el ombligo del mundo y hablamos como buenos, olvidando que somos un remoto y poco conocido país en el planeta. Pero otras veces nos vamos al otro extremo y actuamos muy provincianamente, quedando como unos sudamericanitos informales, despreocupados, incumplidos y hasta irresponsables.
Tal es la impresión que deja esta ausencia.
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