Cómo se ve que Patria Roja es prima hermana de Sendero Luminoso. Esta última escalada de los sutepistas en Huancayo ya tiene visos terroristas: las bombas molotov son armas incendiarias que no sólo dañan propiedades sino matan gente.
¡Estos maestros sutepistas violentistas han resultado peores que los barristas esos de la U que acuchillaron a los hinchas del Boys! Si algo queda claro en esta huelga es demostrar cuántos rojos vándalos salvajes están ahora trabajando como maestros públicos. Y serenos morenos.
Alan no es “Goñi”, Perú no es Bolivia, el Sutep y la CGTP no son el MAS, así que esos tembleques y esos rojos que pronostican que el gobierno va a caer están perdidos. Y violencia callejera siempre ha existido en nuestro país, no es la novedad del momento. Y la hubo bastante bajo Fujimori.
¿Acaso Construcción Civil no fregaba todos los días? ¿Acaso una turba no se metió en Palacio y quemó los uniformes de los Húsares de Junín? Tampoco se ha dado un ajustón económico como aquel que motivó el “caracazo” contra Carlos Andrés Pérez. Lo que sí me imagino es que las fuertes alzas en los precios del pollo y la gasolina algo han tenido que ver con el malhumor provinciano, además de la lentitud en la obra pública. Pero no aflojar: ni Patria Roja ni Huaynala gobiernan aquí.
-Dicen que Aristóteles solía decir “soy amigo de Platón, pero soy más amigo de la verdad”. Esto viene a cuento del caso Fujimori. Como es sabido, esta Casa Editora está totalmente de acuerdo con que éste nos dé amplias explicaciones en nuestros tribunales sobre muchas pillerías.
Pero de otro lado vemos al caso con la frialdad con que el entomólogo examina a los insectos y no compartimos ese infantilismo caviar de pensar que la realidad tiene que ser tal como nos gusta y de descalificar inmediatamente con teorías o imputaciones a quien no actúa como quieren (al juez Alvarez le han dicho de todo. Desde peón político hasta coimero, sin constarles nada de esto).
Tras escuchar a varios abogados caviares sosteniendo que el fallo del juez Alvarez era un escándalo porque sólo bastaba extraditar con indicios, recibimos un e-mail de un amigo chileno en Lima –bastante antifujimorista– advirtiéndonos que lamentablemente eso no era así en Chile. Entonces nos comunicamos con una colega mapochina y ésta amablemente nos indicó que el jurista Gustavo Menares Carreras era un experto allá sobre extradiciones, aconsejándonos que hablásemos con él.
Y Menares confirmó lo que el amigo chileno nos había señalado antes: se necesitan “pruebas” y no “indicios” para extraditar en Chile. Es más, nos aclaró que el código antiguo –que es aquel que se está usando actualmente con el prófugo– es aún más permisivo que el nuevo código, pues este último es más exigente en el tema pruebas. Así que pálidos, pero serenos, esperemos el fallo de la Corte Suprema chilena con este factor en mente.
Ojalá lo extraditen, pero no va a ser muy fácil (así no hayan presiones extrajudiciales), estimados caviares.
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