11 julio 2007

:: ¿Qué pasó, Vitocho? (11/07)

¡Qué vergüenza Vitocho García Belaunde que hayas apoyado la violencia de las cocaleras en el hemiciclo! Del fujimorista Souza y la humalista Venegas se puede esperar de todo, pero no de ti. Te nos caíste. Has quedado como cualquier cosa, como un permisivo alcahuete de la violencia y el salvajismo. FBT se moriría de nuevo de verte haciendo eso.
-Yehude Simon pide “diálogo” gobierno-Sutep. A ver. Primero, no puede haber diálogo porque el Sutep simplemente no desea ningún cambio en el statu quo. Ellos no quieren que se les evalúe ni que se les separe por ineptos. Ni capacitaciones exigentes ni que se les toque con el pétalo de una rosa.
¿Entonces qué demonios vas a dialogar? Y mienten. Hablan de una supuesta privatización y dicen que los quieren a botar a todos. ¡Mentira! Van a tener la oportunidad –generosa por el número– de dar tres exámenes y el que sea muy animal de no pasarlos, pues que se dedique a otra cosa. Dos, oiga Simon, ellos son empleados. Tú contratas a un fulano y le pagas porque haga lo que le dispongas en su labor.
¿Acaso la secretaria de Yehude se sienta con él a negociar si es que él le anuncia que la va a evaluar? ¿Acaso los asesores de Simon le han exigido que no los bote por más inútiles que sean? Estos profesores son empleados de todos los peruanos –contratados por el Estado, que nos representa en ese acuerdo–, pagados con nuestros impuestos.
Tenemos todo el derecho de exigirles capacidad para enseñarles a lo más precioso que tenemos: nuestros niños. Si no quieren ser evaluados ni que se bote a los inútiles, pues…¡largo! Existe un montón de gente que puede reemplazarlos y que no puede hacerlo peor de lo que lo están haciendo ellos. Y si salen a joder con violencia a la calle, para eso está la Policía y unas duras leyes penales que se les podría aplicar.
Y este bochinche no es para asustarse. Era previsible que iban a armar líos. ¿Acaso esperaban que el Sutep diga “ya, compadre. Aceptamos que nos exijan más, que se acabe el hueveo, el ascenso automático por edad, la falta de autoridad del director, la seguridad de que puedes ser una bestia, un impuntual o un ocioso y que nadie te vaya a botar”. No, no sean ingenuos.
Claro que la toxina iba a reaccionar, Martín Tanaka. Claro que esto va a tener para unos buenos días y van a ser un dolor de testes. Claro que van a obstaculizar el tráfico, romper cosas, amenazar, llorar, patalear, ocupar edificios, cortarse, escudarse en niños y todas esas payasadas usuales. Pero bien que vale la pena aguantar impasibles –y muy severos–, porque esto va a significar no el fin de una huelga más sino la mejora estructural de una vital actividad orientada a nuestros niños.
Va a ser terminal para esta pésima educación pública de una vez por todas.

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