Odiado y vilipendiado por muchos, respetado por otros. Lo cierto es que pocos se resisten a leer las opiniones del director del diario Correo, Aldo Mariátegui, declarado enemigo de “fascistas”, “rojos” y “tibios”, que se niegan a decir las cosas como son. Aquí reproducimos sus columnas y las críticas que recibe.
20 diciembre 2007
Cuando Loreto fue república (15/12)
Observo la situación boliviana y recuerdo que Perú no ha sido ajeno totalmente a estas veleidades separatistas en su etapa moderna, que curiosamente también se dieron en la Selva. Basadre cuenta cómo Piérola enfrentó con el envío del buque “Constitución” la proclamación en 1895 del “Estado Federal de Loreto”, movimiento liderado por el prefecto Ricardo Seminario. La algarada se desinfló fácilmente, más aún cuando el “Cálifa” prometió construir un ferrocarril desde la Costa hasta Nauta-Iquitos, algo que jamás se hizo. Años después (1921), el mayor Guillermo Cervantes se rebeló en Iquitos contra Leguía y hasta llegó a emitir papel moneda, “gobernando” su estado loretano durante seis meses. Leguía no se anduvo con miramientos y metió en cintura pronto a los sublevados, enviándolos presos a su cárcel favorita de isla Estévez (Puno). También el llamado “Titán del Pacífico” tonteó a los charapas con la misma promesa ferroviaria. ¿Cómo irán a evolucionar las cosas hoy en Bolivia? Espero que no corra sangre, aunque esto ya parece inevitable. Y posibles mártires alimentarían mucho más al independentismo. Lamentablemente, el torpe de Evo Morales ha radicalizado las posiciones autonomistas (¿o ya secesionistas?) de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, alineando también a Cochabamba y Chuquisaca con esta aprobación prepotente de una nueva Constitución, amén de su lenguaje radical indigenista y su poca muñeca para manejar la aspiración de Sucre a volver a ser la capital. La verdad, estos líos no me sorprenden. Cuando estudiaba en Madrid a finales de los 80, uno de mis amigos era un “camba” (selvático) boliviano y allí descubrí no sólo lo diferentes que se sienten con respecto a los “collas” (andinos), sino su vocación separatista, con bandera albiverde incluida. Antes de eso pensaba que a lo más el asunto era de mutua antipatía profunda, tipo la que mantienen los “serranos” de Quito con los “monos” de Guayaquil, pero aquí la ruptura era muchísimo más profunda. Estos “cambas” se sienten mucho más cercanos a los paraguayos (los enemigos históricos de los bolivianos) que a sus compatriotas. Y basta recordar las burradas racistas que aquella Miss Bolivia (de origen “camba”) declaró hace un tiempo. En realidad, lo civilizado sería que una región que quiera independizarse pueda acudir a un referéndum al respecto, como sucedió entre checos y eslovacos, y como casi ocurre con la francesa Québec en Canadá. Hasta ahora no entiendo por qué en España no se va a un referéndum similar para dilucidar de una vez la cuestión vasca (donde los nacionalistas abertzales no llegarían ni al 20% de votos). Seguramente el temor es que eso abra las puertas a una más posible secesión catalana. Incluso los historiadores revisionistas de EEUU discuten si Abraham Lincoln estaba constitucionalmente facultado para impedir la secesión voluntaria del Sur, aunque cabe anotar que fueron los sudistas los que iniciaron la Guerra Civil al atacar primero a las tropas “yanquis” en el Fuerte Sumter en abril de 1861.
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