¡Qué impresentable es Chávez y sus groserías! ¡Es de quinta! Ni nuestro dictador Velasco era tan bestia, a pesar de que también protagonizó una anécdota similar, con lisura y todo. Resulta que el sátrapa estaba enojadísimo dando una conferencia de prensa tras los disturbios del 5 de febrero de 1974, y denunciando a “la contrarrevolución”, cuando a un cándido periodista alemán se le ocurrió preguntarle allí qué le parecían las conversaciones entre los líderes Willy Brandt (Alemania libre) y Erich Honecker (Alemania comunista).
Velasco no entendió la pregunta y le consultó a su eminencia gris Augusto Zimmermann (un tremendo felón del periodismo y un tipo de la peor especie), quien le explicó todo al oído. Entonces Velasco encaró al teutón y le ladró: “Díganles a los alemanes que se dejen de cojudeces y se reunifiquen de una vez”. ¡Ese cable salió al mundo!
Otra famosa del limitado Velasco –¡Humala es Einstein a su lado!– fue que sólo pudo contestar “sudaremos, sudaremos, sudaremos” en su primera presentación ante la prensa en 1968 tras el golpe (los chistosos de la época alegaban que en realidad dijo “joderemos, robaremos, abusaremos”).
Y hablando de “Hugorila”, otra fuente venezolana bien posicionada me envió este interesante correo electrónico (editado por estilo y entendimiento) desde Caracas:
“El domingo a las 3:30 p.m. Chávez mandó detener, previo auto tribunalicio militar (Nota: orden de captura de la Justicia Militar local), al general Raúl Baduel, pero el comandante de Caracas comunicó la orden a las demás guarniciones y éstas manifestaron su total oposición a la medida de detención. Ya a las cinco de la tarde los resultados andaban así: 40% para el SI y 60% para el NO. Como “los colombianos” (Nota: vecinos naturalizados venezolanos que votaron por Chávez en elecciones pasadas por agradecimiento a las generosas legalizaciones y nacionalizaciones masivas) y los “doblecedulados” (Nota: con dos DNI. Esta vez hubo mucho más control al respecto) no acudieron a votar, hubo mucha abstención. A la medianoche, Chávez se negó a reconocer la derrota y ordenó a Tibisay (Nota: presidenta de la Reniec local) a revertir los resultados. Esta le contestó que ‘ni fabricando 3 millones sería eso posible’. Chávez estalló en cólera y destrozó la tabiquería de la secretaria privada a puñetazos.
Se hizo presente el Alto Mando Militar ante Chávez, después de haberse reunido previamente con Baduel, y le exigieron reconocer la derrota. Igualmente, le dieron plazo a Chávez hasta el 23 de enero para que comience a gobernar en serio y se dedique a buscarle la solución a los problemas del país. Lo mejor de todo es que en las calles de Caracas ya no han circulado más franelas (Notas: polos) ni gorras rojas. Menos aún en las oficinas públicas, ya que no están dispuestos a estar obligados a uniformarse de color rojo en contra de su voluntad. Por lo menos da cierto alivio y confianza que los Altos Mandos no hayan sucumbido ante las pretensiones del ‘perpetuo’ y que levantaran la cara de su dignidad y pundonor militar”.
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