Todas las tendencias gerenciales modernas apuntan a que uno se debe dedicar a lo que se llama “core business” o dedicarse al que es la especialidad de su negocio sin distraerse en actividades paralelas, las cuales se pueden tranquilamente “tercerizar”. Por ejemplo, se dan todos estos problemas en la sanidad policial y uno no puede menos que dejar de preguntarse por qué la Policía no se dedica a su “core business”, que es la seguridad pública, y tiene que estar complicándose con hospitales, suministros de medicinas, etc... que a menudo generan corrupción. ¿Por qué la Policía no se afilia a una EPS –vía subasta– y que ésta se ocupe de su salud? Un guardia podría así ir a cualquier clínica con su carné, como ahora lo hacemos quienes pertenecemos a EPS por las empresas donde trabajamos, y que allí lo atiendan. Y esos buenos médicos, auxiliares y enfermeras que trabajan en el sector policial pues que sean absorbidos por EsSalud. O que se le entregue la gerencia de los hospitales policiales a un administrador privado. No es óptima como la idea anterior, pero sería definitivamente una mejora.
Lo mismo con el rubro de medicinas. Existen ya cadenas de farmacias muy grandes que bien podrían ser las encargadas de entregar los remedios para comodidad, seguridad y abastecimiento seguro de los policías. Sólo basta el carné y la receta. ¡Cómo mejoraría el servicio de sanidad de la sufrida Policía! ¡Cuánta corrupción se evitaría! ¡Cuánto dinero se ahorraría! ¿Por qué seguimos manejando los asuntos estatales como si estuviéramos en los años 50? Y si queremos seguir con este esquema, pues yo no habría adquirido estas camionetas policiales que van a venir de Corea del Sur sino que hubiera ido a un esquema de “renting”, como operan las grandes firmas en el país. Es decir, la firma automotriz te alquila los autos y se ocupa de los repuestos, el mantenimiento, la reposición inmediata de averiarse una unidad, etc… Así, la Policía no tiene por qué tener talleres ni estar esperando años hasta que les repongan los patrulleros siniestrados ni se dan tráficos ilícitos de repuestos. No son médicos ni mecánicos, sino policías. Zapatero a tus zapatos.
Y ya es hora de que se considere como “crimen organizado” a las bandas que lucran con la receptación (compra y venta de bienes robados, como autos, celulares, menajes, joyas, etc…), pues las penas actuales son de risa y nadie va preso. Te asaltan, te quitan tus cosas y no le pasa nada a aquel que comercia con éstas y que estimula al ratero a hacerlo. En lugar de detener “fumones”, hay que encarcelar a quienes receptan lo robado y lo recolocan en “La Cachina”, San Jacinto, “El Hueco”, etc… Son los que le pagan 100 soles al “fumón” por auto robado y después lo revenden por pingües sumas a las mafias que se los llevan a otros países. ¡A esos hay que darles! Pero esta ministra de Justicia es más lentita…
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