A continuación, transcribo partes de un estupendo artículo publicado en El Comercio de Quito. Sobran las palabras:
"A primera vista, el supermercado de la avenida Francisco Miranda, en Caracas, parecía el sueño de un chef. Salmón ahumado en una de las refrigeradoras. Un mostrador lleno de aceite de oliva italiano, vinagre balsámico y pesto. Otro mostrador abarrotado de Perrier, champaña y del más fino whisky escocés. Pero no había ni señales de leche, huevos, azúcar y aceite de cocina. ¿Dónde estarán? El 13 de noviembre, el gerente admitió: ´No hay ni gota. Todos lo saben. Y el próximo producto que desaparecerá será tal vez la pasta´. Bienvenidos a Venezuela, la floreciente economía con una diferencia. La escasez de alimentos se ha extendido por todo el país, justo cuando los ingresos petroleros han causado la importación exagerada de bienes suntuosos, lo cual es criticado por quienes se oponen a la política socialista del presidente venezolano Hugo Chávez. La leche casi ha desaparecido de las tiendas. Las angustiadas madres preguntan cómo se supone que deben alimentar a sus infantes. Muchos cafés y restaurantes sólo sirven café en agua.
Las familias cuentan que los huevos y el azúcar son cosa del pasado. ´La última vez que los vi fue en setiembre´, denuncia Marisol Pérez, de 51 años, ama de casa de Petare, una invasión del este de la capital venezolana, donde están los enclaves del oficialismo. Cuando llegan los víveres, enseguida se forman largas colas. Las compras se racionan y las manos reciben un sello –como en las votaciones– para evitar trampas y que algunas personas intenten comprar de nuevo. Basta ver de lejos a un camión de leche para que se arme una pelea callejera. Hasta un cuarto de los alimentos de primera necesidad no llega al público, según Datanálisis, institución encuestadora y de investigación económica. Para los detractores del chavecismo, la escasez es evidencia de que el socialismo del siglo XXI está llevando a Sudamérica a la ruina. El control gubernamental de los precios, en estos alimentos de primera necesidad, es tan débil que los productores no pueden ganar nada, aseguran, así que las haciendas y los almacenes ya no invierten en cultivos, peor en maquinaria. Hasta han dejado de almacenar excedentes, porque temen a la expropiación. ´Les advertimos de esto desde el principio: el control de precios termina por producir escasez´, comentó Ismael Pérez, del grupo industrial Conindustria. Pero el gobierno chavecista sostiene que la escasez es una exageración de los medios de comunicación y que refleja el mayor poder de adquisición de los pobres, gracias a los programas sociales que redistribuyen los ingresos petroleros hacia los suburbios.
Unas 10, 000 toneladas de leche importada aliviará la escasez para Navidad y las cooperativas socialistas, financiadas por el gobierno, harán que se dispare la producción doméstica, a largo plazo, aseguran los funcionarios”.
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