Odiado y vilipendiado por muchos, respetado por otros. Lo cierto es que pocos se resisten a leer las opiniones del director del diario Correo, Aldo Mariátegui, declarado enemigo de “fascistas”, “rojos” y “tibios”, que se niegan a decir las cosas como son. Aquí reproducimos sus columnas y las críticas que recibe.
02 febrero 2007
:: Derechización (28/01)
Toda esta campañita de que “Alan se ha derechizado” me hace recordar que lo mismo sucedió con Felipe González al poco tiempo que asumió el poder en España con el añejo Partido Socialista Obrero Español (PSOE) a comienzos de la década de los 80. Tal como es conocido, el PSOE fue fundado por el tipógrafo Pablo Iglesias bajo una impronta netamente marxista y clasista (de allí el “Obrero” en sus siglas) en 1879. Nueve años después, Iglesias creó la UGT, confederación sindical que aún es la más grande de España junto a la comunista Comisiones Obreras. Iglesias llegó a ser diputado y pasó el trago amargo de que el ala izquierda de su partido se escindiese para formar el Partido Comunista Español. Lamentablemente, y tras su muerte, el PSOE caería bajo la batuta del radical Largo Caballero (una especie de Javier Diez Canseco) bajo la II República, extremista que colaboró mucho a generar la hecatombe de la Guerra Civil Española. Una centuria después, González había logrado, en un accidentado congreso partidario, eliminar las tesis marxistas de su programa, algo similar a lo que hicieron los socialdemócratas alemanes en el congreso de Bad Godesberg en 1974 con Willy Brandt. Sin embargo, sectores militares reaccionarios desconfiaban de esta reconversión e intentaron un –felizmente fallido– golpe de Estado el 23 de febrero de 1982 para impedir la inminente llegada de Felipe al poder. No sé si el susto por esto y el recuerdo de la Guerra Civil terminó de moderar a González, pero éste se caracterizó siempre por un gobierno muy ortodoxo (salvo por la extraña nacionalización del poderoso grupo RUMASA a inicios del felipismo) en lo económico y hasta con tintes liberaloides desde su primer período hasta el fin de su mandato a mediados de los 90. Incluso, tuvo el coraje de convocar a un referéndum para dilucidar la entrada de España en la OTAN, a pesar de que anteriormente se había opuesto a integrar la alianza atlántica. El resultado fue que su cuerda administración –“derechista” para muchos– ha sido fundamental para que España deje de ser la Bolivia de Europa y hoy en día ya le esté pisando los talones a Italia. Ya se acabaron las épocas en que los españoles eran los empleados domésticos y la mano de obra barata de los alemanes y franceses. Hoy es hasta envidiado allá. Claro que Felipe tuvo que soportar las usuales estúpidas críticas de que se había “derechizado”, “vendido a los banqueros”, etc… Pero lo que cuentan son los resultados y cómo quedó el país. Mi consejo a García es que persista en su ortodoxia mientras más le digan que se ha “derechizado” y que más bien se preocupe cuando los sectores –muy minoritarios electoralmente– rojos, caviares y sus ingenuos compañeros de viaje mediáticos lo elogien. Eso significaría que o las cosas van mal o que ya lo van a manipular (y traicionar), como a Toledo.
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