Escuché ayer a García y me acordé de un poema de Góngora, una belleza que reflexiona acerca de cómo debemos aprovechar al máximo nuestro cuarto de hora.
Debemos explotar esta bonanza inesperada, maximizarla con reformas agresivas, no caer en la limeña molicie, la peruana complacencia. ¡Estamos en una carrera contrarreloj para progresar! El poema dice así:
“¡Que se nos va la Pascua, mozas, que se nos va la Pascua!/
Mozuelas las de mi barrio/
Loquillas y confiadas/
Mirad no os engañe el tiempo/
La edad y la confianza/
No os dejéis lisonjear/
De la juventud lozana/
Porque de caducas flores/
Teje el tiempo sus guirnaldas/
¡Que se nos va la Pascua, mozas, que se nos va la Pascua!/
Vuelan los ligeros años/
Y con presurosas alas /
Nos roban, como arpías/
Nuestras sabrosas viandas/
La flor de la maravilla/
Esta verdad nos declara/
Porque le hurta la tarde/
Lo que le dio la mañana/
¡Que se nos va la Pascua, mozas, que se nos va la Pascua!/
Mirad que cuando pensáis/
Que hacen la señal del alba/
Las campanas de la vida/
Es la queda (nota: hora medieval nocturna de recogerse en casa) y os desarman/
De vuestro color y lustre/
De vuestro donaire y gracia/
Y quedáis todas perdidas/
Por mayores de la marca/
¡Que se nos va la Pascua, mozas, que se nos va la Pascua!/
Yo sé de una buena vieja/
Que fue un tiempo rubia y zarca (nota: de ojos celeste)/
Y que al presente le cuesta/
Harto caro el ver su cara/
Porque su bruñida frente/
Y sus mejillas se hallan/
Más que roquete (nota: vestido) de obispo/
Encogidas y arrugadas/
¡Que se nos va la Pascua, mozas, que se nos va la Pascua!/
Y sé de otra buena vieja/
Que un diente que le quedaba/
Se lo dejó este otro día/
Sepultado en unas natas/
Y con lágrimas le dice/
“Diente mío de mi alma/
yo sé cuándo fuiste perla/
Aunque ahora no sois caña”/
¡Que se nos va la Pascua, mozas, que se nos va la Pascua!/
Por eso, mozuelas locas/
Antes que la edad avara/
El rubio cabello de oro/
Convierta en luciente plata/
Quered cuando sois queridas/
Amad cuando sois amadas/
Mirad, bobas, que detrás/
Se pinta la ocasión calva/
¡Que se nos va la Pascua, mozas, que se nos va la Pascua!”.
Eché de menos que no haya mencionado el TLC y la reforma laboral. Eché de menos que no se haya hablado de profundizar la reforma del Estado, más allá de este tibio comienzo con las OPD. Eché de menos que no se plantee mejorar nuestro enrevesado marco tributario. Eché de menos que no se bajen impuestos para estimular más el crecimiento. Eché de menos que no se eliminen los aranceles para libros y que el 12% sea el arancel máximo. Eché de menos que no se haya hablado de la ley de la carrera pública magisterial. ¡Eché de menos más imaginación! Eché, en suma, de menos que Alan no esté más empapado de las revoluciones vividas en Nueva Zelanda e Irlanda. ¡Aprovechemos las vacas gordas, que pocas veces nos visitan! ¡Estamos apurados! ¡Que se nos va la Pascua, mozas, que se nos va la Pascua!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario