-Les cuento una linda para que vean qué desastre tragicómico es el Estado peruano desde un caso que acabo de conocer de primera mano. Resulta que un niño extranjero de cinco años que va a sacar visa de residente –por arraigo materno– en el Perú tiene que salir del país. Ya suficientemente malvado es que obliguen a los extranjeros salir del Perú –generalmente se van a Machala o Arica, perdiendo tiempo y dinero por gusto– para sacar esta visa en lugar de que simplemente se la sellen aquí en una oficina de la Cancillería, pero a un niño de cinco años…
Esas ya son simplemente ganas de joder, y a la máxima potencia, de la burocracia local. Pero lo más gracioso es que luego el pequeño tiene que presentarse en la sede limeña de INTERPOL para registrar sus huellas digitales y sus antecedentes penales… No sé si reír o llorar ante tanta estupidez.
¡Como si un chiquito de cinco años fuera una amenaza criminal! Allí le pongo un ejemplo a Migraciones y Torre Tagle de un descomunal disparate a cambiar ya. -Leo que la Premio Nobel de la Paz, la guatemalteca Rigoberta Menchú, se lanza de presidenta. ¡Ja,ja,ja! Ella es el típico ejemplo de un producto “progre” fabricado con muchas mentiras, levantada por los caviares europeos y especialistas en difundir el odio racial. El antropólogo David Stoll y el periodista Larry Rohter (New York Times) demostraron que había mentido sobre su vida familiar para hacerla aparecer como heroica cuando su padre Vicente Menchú recibió tierras del gobierno y colaboró con el voluntariado gringo, no fundando jamás un comité político.
Tampoco eran tan pobres, ni nunca fue al colegio sino que estuvo en un internado católico que la alejó del duro trabajo rural que jura que hizo, ni un hermano fue quemado vivo en medio de una plaza ni que otro (Nicolás) murió de hambre (sigue vivo) ni habían latifundios en su zona ni la bronca por la finca de su padre fue contra un ocupante blanco sino contra otro maya, ni su padre tenía la menor idea de lo que pasaba cuando estudiantes comunistas lo usaron en la trágica toma de la embajada española. Y el libro autobiográfico que la hizo famosa no la escribió ella sino Elizabeth Burgos-Debray, esposa del héroe rojimio galo Regis. Su respuesta a este cúmulo de inexactitudes fue colosal, pues adujo que esas nacían de su voluntad de ilustrar mejor la historia de la represión sobre los mayas. No, eso se llama mentir. Pero claro, el “progre” comité Nobel (aquel que no le dio el Premio de Literatura al genio Borges por ser “derechista”, como por eso mismo no se lo van a dar a Vargas Llosa) no le retiró el galardón. Pero conociendo Latinoamérica, fácil que gana. Si hasta Gisella Valcárcel quiere ser presidenta del Perú… ¡Ay Dios!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario