Indudablemente, donde más –y mejor– ha avanzado el gobierno aprista en estos primeros seis meses ha sido en el sector Educación. Hasta julio pasado era un sueño pensar que se iban a tomar medidas enérgicas y audaces para ir al tema urgente de mejorar al profesorado, piedra de toque para elevar el nivel educativo.
Restan allí algunos pasos más, como elecciones universales en el SUTEP, fin de los privilegios en los CAFAE, reforma de la Derrama Magisterial y aprobación de la Ley de la Carrera Pública Magisterial, para poder respirar un poco más tranquilos en ese flanco. Pero ahora hay que ir al tema de los contenidos. Y tres asuntos que urgen para triunfar como país en el mundo de hoy son cibernética, inglés y matemáticas. Nuestra educación pública tiene que mejorar mucho en estos temas (como en casi todos, lamentablemente). Para correr un poco en eso y masificar su enseñanza, sería bueno ensayar medidas audaces. Para el primer punto, suena interesante la propuesta de Nicholas Negroponte (un sabio del prestigioso centro superior de estudios gringo MIT) de que cada niño acceda a una computadora elemental que no cueste más de US$100 (ver http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/
newsid_4445000/4445574.stm y http://laptop.org/laptop/ ).
Ya sé, me dirán que antes faltan libros, buenas aulas o niños nutridos, pero el tema de las computadoras se está volviendo cada día más vital y deberíamos como país estudiar la posibilidad de acceder a esta campaña. El tema de la enseñanza masiva del inglés iría atado a la enseñanza por medios audiovisuales, porque capacitar a profesores tomaría mucho tiempo.
Lo mejor que he encontrado al respecto es un programa de la BBC para niños llamado “Muzzy” (ver http://www.dmpbbc.com/index.html ), que al parecer es espectacular y que incluso se puede adquirir vía internet. Respecto de las matemáticas, existe un método muy bueno llamado “Kumon” (ver http://es.wikipedia.org/wiki/Toru_Kumon ), que ya se enseña en Lima y del cual he visto de cerca que tiene un éxito notable en los niños.
Y el Canal 7 es un monumental desperdicio, un himno a cómo el Estado no sabe usar sus escasos recursos. Uno observa en el cable una gigantesca cantidad de programas (sobre todo en el Discovery, National Geographic, History Channel) que deberían comprarse y dejarse ver como tarea casera a los alumnos de nuestros colegios públicos en lugar de pasar tonteras inútiles como ahora. No sé si estoy soñando, pero en verdad sería emocionante ver alguna vez a un niñito de nuestras escuelas públicas aprendiendo inglés jugando con Muzzy desde su computadora Negroponte, rompiéndola en matemáticas con el sistema Kumon y aprendiendo hoy de Napoleón (History Channel), el cuerpo humano (National Geographic) y el Amazonas (Discovery), o relajándose viendo dibujos animados con talante educativo (como Plaza Sésamo o Dora la Exploradora) en horas provechosas a través de la tv estatal en lugar de que emitan a Giacosa o Mediodía Criollo, que no le sirven para nada.
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