Ollanta Humala volvió a profetizar que Alan García no completará su mandato. Si esto lo dijera cualquiera, no le daría mayor importancia. Pero lo manifiesta un caballero que dirigió directamente un intento de golpe en Locumba y que parece estar bastante implicado en el segundo levantamiento que hizo su hermano, el “Andahuaylazo”. Además, este señor es un gran admirador del golpista dictador Velasco y es un incondicional de Hugo Chávez, otro militar radical que intentó un golpe de Estado en 1992 contra Carlos Andrés Pérez, lo que le valió estar preso hasta que ese desastre llamado Rafael Caldera (igualito a Belaunde, pero en versión caviar. Como éste, fue dos veces presidente y las dos fue malísimo) lo liberó estúpidamente.
¿A qué viene esa amenaza velada? ¿Que a la tercera va la vencida? Cabe recordar que nuestra Unidad de Investigación publicó el 26 de julio pasado un informe, basado en un reporte de Inteligencia del propio Comando Conjunto, donde se señalaba que aún persitían en nuestras FFAA elementos muy cercanos al humalismo, como el general Wilfredo Valencia Torres, que ahora comanda una división blindada en el sur, apostada curiosamente en… Locumba. Otro general a quien se le atribuían devaneos humalistas es Carlos Dianderas, que ahora comanda una unidad aérea del Ejército. Finalmente, el coronel Ormachea es otro uniformado de alto rango que estuvo bajo la lupa por estas afinidades. Y ya son 26 los coroneles actuales que pertenecieron a la promoción “De los Héroes de Pucará y Marcavalle”, que es la de Humala. De aquí al crucial año electoral 2011, varios de sus condiscípulos serán generales…
Además, el humalismo puede prender fácilmente entre los grados inferiores con sus promesas de jugosos sueldos, compra de armamento (que casi siempre termina enriqueciendo a algunos) y su exacerbada prédica antichilena como manto ideológico. Todo esto es muy serio. El mismísimo presidente García debería empujar a su ministro de Defensa Wagner para que se haga una depuración de latentes elementos golpistas en las FFAA. Nuestro país es muy volátil y éstos pueden aprovechar cualquier circunstancia (otro “Arequipazo”, un momento de mucha tensión con Chile, algún escándalo de corrupción, otra de estas concertadas olas de protestas provincianas) para poner en marcha un golpe cívico-militar, que es la modalidad ahora. Con la torpeza gringa, la inutilidad de la OEA, cierto apoyo ciudadano en nuestro sur andino tan radicalizado, base parlamentaria y los dólares de Chávez, esa aventura podría tener éxito.
Si Humala anda con esas bravatas, por algo será... Que García no termine actuando como el torpe de Belaunde, que fue derrocado por el golpe más cantado de nuestra historia republicana en 1968. Hasta las revistas cómicas (ver La Olla de aquel tiempo) lo anunciaban en sus portadas.
Y ojo que gracias a una sospechosa lentitud de nuestro PJ, Antauro Humala y sus reservistas saldrán libres el próximo verano. Golpe avisado no mata gente, Alan García.
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