Llega la primavera y no nos trae al sol, sino a un hijo del Sol Naciente (porque Fujimori demostró ser japonés al postular al senado nipón). Y perdió por goleada, porque regresa súper empapelado, en varios papeles de regalo, cargado de banderillas para que el PJ le meta el estoque final. Lo que sí ha sido cómico dentro de todo esto es escuchar a Fujimori decir que le han “reducido los casos” como si fuera un triunfo. ¡Por Dios, no insulte nuestra inteligencia! Como Pirro, que diga entonces que “una victoria más como esa y pierdo la guerra”. Todo este proceso fue como una buena película de Hitchcock, versión nipo-chilena. Con harto suspenso, desde el vuelo, la detención, las opiniones disímiles de la fiscal Maldonado y el juez Alvarez hasta toda esta larga espera con la Corte Suprema. Tal como se especulaba desde el inicio, el voto del juez Chaigneau fue el que decidió todo, mientras que Ballesteros fue el más benigno y Doltmesch el más severo. Definitivamente, los japoneses no deben haber andado muy afanosos de tenerlo, a juzgar porque no han movido un dedo y más bien esto le da fuerza a esa versión que decía que se arriesgó a irse a Santiago porque Tokio ya no quería darle más santuario. En cuanto a Chile, ya con esto entró tranquilo al Consejo de DDHH de la ONU, como quería en esta semana. Y para García es el tercer meteorito exógeno seguido que le cae, tras el sismo y la subida de precios de alimentos y petróleo. Me imagino que más de uno debe estar temblando en Lima con lo que Fujimori puede soltar. Se especula con que se llevó un “blockbuster” de videos y seguramente tratará de jugar en pared con Montesinos. Debe ir a un lugar aislado y decoroso mientras dure el proceso. Aislado para evitarnos vivir marchas, broncas y circo, tanto de fujimoristas histéricos como de rojos violentos y de caviares disforzados: esto no debe ser show de los Muppets. El recluso Fujimori debe ser tratado con la misma frialdad, distancia y meticulosidad con la que un entomólogo trata al insecto que estudia. Y como “aislado” proviene de “isla”, a Fujimori lo ubicaría en la San Lorenzo (existe aún allí la vieja casa presidencial), como se hizo al comienzo con Abimael Guzmán. Es más, lo juzgaría en la misma isla para evitar traslados, fugas y circos. El proceso debe ser tranquilamente televisado. Decoroso –que no es igual a privilegiado, ojo– para que nadie diga años después que se le martirizó como al ex presidente Augusto B. Leguía en los años 30 (a pesar de que este último por lo menos no intentó ser electo legislador de otro país y rechazó el ofrecido asilo chileno), lo que provocó que el recuerdo ciudadano sea mucho más benigno con el dictador del Oncenio. Porque definitivamente Fujimori no es un detenido común; es un ex presidente que alguna vez nos representó en el exterior. Mucha gente, y con razón, le tiene ganas (mientras que otros preferirán olvidar que trabajaron para él en sus peores momentos o serán los más estridentes en acusarlo), pero debe primar la serenidad y la imparcialidad. Los más apasionados –que son los caviares y rojos– deben comprender que no tienen necesidad de lincharlo, que ya está bastante comprometido de por sí y más bien él utilizaría políticamente cualquier desmesura, pues es muy astuto. Porque lo más estúpido sería que Fujimori termine a las finales resucitando políticamente por torpezas de ese tipo. El nazi Eichmann diseñó la “Solución Final”, que mató a seis millones de judíos, e Israel lo juzgó de una manera fría e impecable tras secuestrarlo en Argentina. Estuvo en una reclusión decorosa (muchísimo mejor que sus correligionarios presos en la cárcel berlinesa de Spandau), sin mucho alboroto y le pusieron al mejor abogado alemán que existía para defenderlo, cuando bien podían haberlo hervido vivo por monstruo. ¿Consecuencias? La primera pregunta es cómo quedará la informal alianza congresal entre apristas y fujimoristas. Tanto UN como UPP están muy desunidos y por eso era muy difícil para el APRA negociar con ellos, mientras que el fiel fujimorismo votaba en bloque. Si este grupo se pone tan marcadamente opositor como el nacionalismo, difícil la va a tener el gobierno. Lo otro es que esto le da un respiro al asediado gabinete. Me imagino que Alva Castro debe de andar feliz con esta noticia, aunque tal vez los fujimoristas voten por censurarlo para demostrar su peso. Y lo más importante, muchos se la pensarán más en el futuro antes de abusar del poder o corromperse. El juicio va a ser difícil. Fallen como fallen los jueces, muchos no quedarán contentos. Por ejemplo, los caviares ya presuponen absolutamente que será condenado por DDHH. Ya me imagino cómo van a reaccionar echando espuma si no lo encuentran culpable por eso. Pero sobre todo no caigamos en el error de “fujimorizar” la agenda diaria, tal como lo hicimos en nuestras relaciones con Japón y casi con Chile. A juzgarlo concienzudamente, porque tiene mucho que responder ante la justicia, pero sin que se vuelva una obsesión nacional, un lastre mental, “distractivo”. Por ejemplo, ayer avanzamos bastante en el vital TLC con EEUU y eso pasó inadvertido.
La nota ligera: Un amigo muy, muy cínico me decía “Fujimori se confió del ‘amigo chileno’… No pudo ser más prochileno en su gobierno. Ni el general Iglesias en la guerra.
Ya hasta parecía un ‘roto’”. ¡Pues lo reventaron! Y me imagino que allá Bachelet y su gente pensaron: “Oye, y como le complicamos la vida al Alan ahora…. ¡Mujer, mandemolé al Fujimori ese!”.
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