No me sorprende esa acusacion del premier Del Castillo respecto de que un “periodista” radial provinciano azuzó a turbas en su contra y que anteriormente el mismo personaje instaba a que se saquee la ayuda llegada.
Es que nuestras provincias están lamentablemente llenas de miserables que usan el micro para mentir, para inflar minucias, para difamar, para soliviantar gratuitamente ánimos, para soltar demagogia socialistoide y sobre todo para chantajear, vendiendo sus ondas al mejor postor. ¡Mezclas de arpías con meretrices! Y a menudo son informales que emiten sin licencia, de manera pirata o usufructuando ondas ajenas. Reitero que es una pena –y por supuesto que reconozco que existen muchos profesionales de primera en nuestras regiones. Existen maestros que ya quisiéramos tener el gusto de escucharlos en la capital–, pero ese personajillo vargasllosiano del “Sinchi” de la novela Pantaleón y las visitadoras –aquel insecto procaz y zafio que buscaba extorsionar a los militares y tener sexo gratis con las “chicas de Pantoja”.
Como no pudo, entones desató una irresponsable seudocampaña moralista que desencadenó la tragedia– es muy, muy actual a pesar de que han pasado 50 años. Uno sintoniza muchas radios provincianas y se encuentra con mucho locutor ignorante, de pésimo castellano y de protervas ideas que manipula los inocentes sentimientos locales. A menudo, seguramente por lo mismo que se trata de seres elementales, son unos resentidos sociales izquierdistas o populistas, verdaderos loros comechados que siempre, siempre conjugan sentimientos antilimeños y que están contra la modernidad, porque esa luz acabaría con estos vampiros del sonido. Son las bacterias encargadas de engordar los sentimientos más ruines para así medrar unos cuantos soles con sus sucias lenguas y vivir como pachás, cual reyezuelos locales con sus queridas adolescentes y su alcoholismo.
Potentados a los que les temen el presidente regional, el comisario, el alcalde, el juez y hasta el cura. Rezagos premodernos cual restos de rabos simiescos en el organismo humano, patéticos atavismos que sólo se superarán cuando mejoren nuestros niveles educativos. Ya lo he escrito muchas veces: una de las razones que un movimiento político tan retrógrado y tan pobre en ideas como el humalismo haya logrado esa fuerte votación en la sierra es por estas “radios”, y reitero que los partidos democráticos deberían incursionar en este frente.
Pero Mulder y Lourdes no ven más allá de sus ombligos. Ya otra historia son las radios de las ONG caviares y de los curas “progres”. Allí sí la manipulación –a menudo antiminera– por motivos ideológicos, para justificar que la ONG matriz mande los cheques o porque el cura de turno es un radical agazapado. A menudo tienen de aliados a la cúpula de maestros que lidera el Sutep local.
En fin, todo esto es parte de ese mundo real-maravilloso que aún es la provincia peruana y que tan sólo el progreso extirpará. Paciencia y buen humor con estas miasmas. Y a aplicarles la ley sin miedos.
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