1) Aparte de proteger a la ciudadanía, Alva Castro debe estar consciente de que la inversión privada necesita seguridad para que sigamos creciendo a todo tren. Limpiar las mafias de extorsionadores en Construcción Civil (que paralizan las obras y hasta matan bebitos), sacar definitivamente a los invasores de la azucarera Chucarapi (donde Mazzetti retrocedió vergonzosamente tras desalojarlos) y posibilitar la próxima concesión de Michiquillay (donde se ha descubierto gigantescas cantidades de insumos para drogas) son sus tareas de corto plazo para apuntalar el crecimiento económico en tres sectores claves: Construcción, Agricultura y Minería. Como economista que es, creo que entiende perfectamente el mensaje.
2) La verdad me resulta hasta divertido ver a Fernando Rospigliosi, de quien tengo el mejor de los conceptos, pontificar sobre seguridad. Cuidado que te sacan Ilave en cara. O el “Arequipazo”, donde todos tus sistemas de inteligencia te decían que los mistianos se iban a rebelar y no convenciste al premier Dañino de que su terquedad por vender Egasa a los belgas los estaba llevando al matadero e iba lamentablemente a paralizar el resto de privatizaciones eléctricas, como ocurrió. ¡Casi cae Toledo dos veces por responsabilidad tuya! Mucho techo de vidrio para sermonear. Más humildad.
3) Es increíble el monstruito mediático en que se ha convertido la ONG caviar IDL, corazón del caviarismo. ¡Ni la CAJ o Aprodeh la igualan! Saca siempre supuestos “expertos” –como conejos el mago de su sombrero– para opinar de todo, mueve un montón de plata, maneja muchos contactos afuera, es la virtual sede local de la CIDH, es habitué del embajador gringo Struble (curioso, porque casi todos allí fueron rojazos) y tiene a mucha prensa cautiva, además de radios y revistas propias. ¡Hasta erige monumentos! Como el APRA le impuso el necesario registro a las ONG y no les ha dado muchos puestos en el Estado, los caviares le han agarrado un “hambre” espectacular y le dan duro siempre. Ahora mismo quieren capturar el rol de la oposición, sólo que a sus representantes políticos les falta un pequeño detalle: votos.
4) Rogaría que hagamos una cruzada para desterrar dos tremendos errores muy comunes y que suenan especialmente feos en gente educada. Me refiero a usar el inexistente “hubieron” como plural cuando lo correcto es “hubo” en todos los casos y al “dequeísmo” o ponerle “de que” a todo cuando a veces sólo se debe usar “que”. El truco para evitar el horrible “dequeísmo” es suplantar por “eso” la parte de la oración en discusión. Por ejemplo: “Estoy seguro de que Pedro vendrá a la fiesta”. Suplantamos “que Pedro vendrá a la fiesta” por “eso” y queda “Estoy seguro de eso”, por lo que aquí el “de que” era correcto. En cambio en la frase “Recuerdo que tenía un carro rojo” queda “Recuerdo eso” al hacer el cambio mentalmente, lo que sería correcto, pues de otro modo quedaría el espantoso “Recuerdo de que tenía un carro rojo”, equivalente al infeliz “Recuerdo de eso”. Bueno, dejémosle a Martha Hildebrandt su chamba.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario