05 marzo 2007

:: Sale Mazzetti, entra… (26/02)

1)Hoy se define al sucesor de Mazzetti. Si me preguntaran por su perfil, les diría que debería tener carácter, honradez, hambre de reforma, experiencia administrativa, criterio y mucha “esquina” política. Si algo ha quedado claro es que se trata de un ministerio bastante bravo y que no basta la honradez, las buenas intenciones y el carácter sin lo otro. Existe mucha corrupción (a la que más bien le cae perfecto tener ministras cándidas y tercas) y mucho “sabido” allá adentro. Ya se vio cómo se “almorzaron” a la ministra saliente y a su equipo, más preparados para dirigir un kindergarten que una leonera. No sé si sería necesariamente bueno poner a un uniformado allí, dado que el “espíritu de cuerpo” podría primar a la hora de cortar cabezas, pero no me parecería necesariamente malo un aprista. Este es un puesto muy político, como se acaba dolorosamente de demostrar, y bueno, un pequeño detalle: los apristas han ganado las elecciones. Mucho más me preocuparía que copasen puestos tecnocráticos muy especializados (MEF, BCR, ProInversión, reguladoras) o muy sensibles al clientelaje político (por ejemplo, estuvo muy mal sacar a la anterior y muy competente titular de Fonafe para poner allí a un “compañero”. Ojalá no la desperdicien por su “expertise” en temas públicos, lo que no sobra, y le den otro puesto). Lo que sí sería una tontería es reducir la baraja por aquello de que necesariamente una mujer debería suceder a otra. Caer en el otro lado del sexismo es también absurdo. 2) Marcelo Giugale, funcionario del Banco Mundial, dijo hace poco lo que anda afirmando la prensa colombiana: Perú está cerca de ser el próximo Chile, de ser la próxima historia de éxito latinoamericano. Y no exagera en cierta medida. Estamos creciendo a tasas altísimas sin generar desequilibrios y tenemos unos números macroeconómicos que son una pinturita. Cierto que tampoco debemos caer en la euforia y hay que tener muy en cuenta que estamos viviendo un inusual boom en los precios de los commodities. Además, Chile al despegar en los finales de los 80 no era un país tan partido culturalmente como éste, siempre tuvo más clase media que nosotros, estaba mucho más occidentalizado, más institucionalizado, más cívico, mejor educado, más formalizado, más estabilizado demográficamente, con una élite mucho más comprometida, menos corrupto y con una geografía menos complicada, aparte de un amor propio por el terruño que aquí se manifiesta sólo como reacción (fútbol, pisco, etc…). Frente a esto, nosotros tenemos como ventajas un territorio, una tradición cultural y una historia inmensamente más ricos. Pero como para el fisicoculturista, lo que finalmente importan son las ganas y persistir en la ardua vía correcta, ya que de otro modo puedes estar mucho más cuajado y educado, pero terminas estancado y decadente, como Argentina y Uruguay. O tener riquezas fabulosas y hacer estupideces como Venezuela. O ser siempre el eterno “país del futuro” como Brasil. O no tener remedio, como Bolivia y Ecuador. O dormirte en tus laureles, como Colombia.

No hay comentarios.: