1) Una de las cosas más positivas que está haciendo García con la institución presidencial –aunque a veces se ponga atrozmente saltarín y bailarín en las manifestaciones– es tratar de devolverle la majestuosidad, la historicidad continua y el sentido de peruanidad a ésta, perdida desde los tiempos de Fujimori y lamentablemente confundida por Toledo con ese nocivo indigenismo exótico que propugnaba su estrambótica y antipática mujer con su juguetito de la Conapa (donde aún nadie ha explicado adónde se fueron esos dos millones de dólares…).“Pachacútec II” hasta cometió el ignorante desatino de hacer ondear esa falsa bandera incaica –el “Palacio Gay” como le decían los turistas al burlarse– en la sede presidencial al lado de la bicolor. Es que raspabas a Fujimori y a Toledo y hallabas escondidos a un nipón y a un gringo. ¿Se acuerdan cómo se notaba que Toledo pensaba en inglés cuando empezaba toda oración con el pronombre “Yo” (es que el pronombre “I” inglés va siempre al principio de la frase en ese idioma) y decía barbaridades como “le voy a introducir” (introduce you) por presentar a alguien o pedir perdón diciendo “voy a hacer una apología”, lo cual es realizar un elogio, un panegírico en castellano y no pedir disculpas como en inglés (to apologize). Fue emocionante ver la bandera de San Martín ondeando en Palacio, que dicho sea de paso es la que debería ser nuestra enseña por ser la más antigua y la más bonita de las tres que tenemos. Y pensar que el MRTA la robó. 2) ¿Por qué de una vez no tenemos el coraje de irnos de la CAN? Este ente ya está agonizante con la salida de Venezuela y los alejamientos de Bolivia y Ecuador. Ahora Colombia nos complica el TLC con Europa al no querer bajar sus aranceles y negarse a establecer un Punto Inicial de Desgravación cuerdo. La CAN sólo ha servido a los intereses colombianos. Como dijo De Gaulle al vetar el ingreso de su aliada bélica Inglaterra a la entonces Comunidad Europea en los 60: “Los países no tienen amigos. Tienen intereses”. 3) Odio el intervencionismo, pero ya es hora de que el gobierno intervenga el fútbol profesional, depure esa espantosa y argollera federación y establezca que los clubes sean obligatoriamente sociedades anónimas. El “Club Universitario de Deportes” se llamaba precisamente así por pretender ser una institución de gente de estudios con valores y amor al deporte, no este mamarracho mafioso e inútil en que se ha convertido. 4) ¡Qué tales Aranas para polémicos! Si no es el cura, aparece otro. Ciertos observadores dicen que la idea en el partido era colocarlo al mando de los sensibles programas de agua para aprovechar políticamente para el APRA su reconocido expertise en hacer manifestaciones y mover masas. Así, Arana sería pieza clave dentro de una estrategia partidaria para conseguir votos urbanos de los sectores D y E para el 2011, captados por su agradecimiento al tener por fin agua potable.
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