:: Roger Luis Carranza Waters (12/03)

1)Es una maravilla que un artista de la talla de Roger Waters toque hoy en Lima. No exagero si digo que es el músico más importante –de un género menor a la ópera, el folklore y la música clásica– que nos ha visitado en la historia de nuestros espectáculos públicos (porque hace hasta óperas clásicas. Compuso una para conmemorar la Revolución Francesa), porque Waters es mucho más en trayectoria musical que el gran Santana (y a trillones de kilómetros de los último que pasaron por aquí: el lacayo castrista Silvio Rodríguez –¡cómo hay gente a que le puede gustar esa música tan cursi, por Dios!; con razón le encanta a los Humala– y Alejandro Sanz, que es bien pacharaco). Sólo una llegada de los Rolling Stones o de Paul McCartney (por ser un beatle) pondría más alta la valla. Y eso que Lima es una plaza “salada”, porque aquí se suspendieron conciertos ya casi listos como los de Santana (Velasco, Velasco…), Rod Stewart, Bon Jovi y Michael Jackson (los tres últimos son pacharacos, pero igual pesan). Pero al margen de interferencias políticas, de empresarios inescrupulosos, de auspiciadores que apuestan a lo pacharaco y de que el mercado conocedor es chico (porque los gustos musicales son deplorables de la clase media para arriba. Métanse a una discoteca limeña pituca o a cualquier fiesta ficha y la mayor parte de música es viejísima o pacharacaza, con esos espantosos “pechito con pechito, ombligo con ombligo”. Y si no oyes “Doble 9” o bajas radio por internet, pues ni te enteras de qué es lo último que están tocando afuera), el principal problema es, como siempre, el maldito Estado y sus aliados. Este perro del hortelano se lleva más del 45% de las entradas (el criminal 19% de IGV que nos dejó Silva Ruete, el 15% municipal y el 10% a Apdayc por tocar tus propias composiciones, más los costos de los expedientes del INC y del Sindicato de Músicos, la autorización por fonogramas de la ANAIE y el pase intersindical de SAIP), amén de fregar en Aduanas. Así no viene nadie y no recaudan nada, perfecta “curva de Laffer”. No hemos podido ver a Clapton, los Rolling Stones y U2 por eso y vamos a gozar a Waters sólo porque éste ha cobrado un tercio de lo que suele pedir. A ver, ministro Carranza y presidente García, si pasan a la Historia como aquellos que solucionaron esta valla demencial, heredada del inefable Velasco.
2)“No lo arregles si no está roto”. Otra vez quieren fusionar al JNE, la ONPE y el Reniec. ¿Para qué, si la naturaleza de sus funciones es distinta? Uno ve el aspecto jurídico de las elecciones y el otro las gestiona mientras el tercero se limita a entregar los DNI. Sólo eliminen las abundantes zonas grises entre el JNE y la ONPE, y que esta última se reduzca a su mínima expresión mientras no haya procesos electorales.