-Somos un país que lamentablemente se ha acostumbrado a aguantar las humillaciones más dolorosas (y no estoy hablando de fútbol). Así, esa dichosa CIDH nos ordena indemnizar a familiares de terroristas, con un considerando realmente lunático del juez brasileño que la integraba (problema que aún no se resuelve).
Luego, a una desacertada escultora se le ocurre poner nombres de terroristas en un monumento en Lima (¡y gente sensata apoyó este despropósito!). Ahora una fundación estadounidense le entrega US$160 mil a Mónica Feria, quien está siendo exigida judicialmente por senderista y a la cual los ingleses le han dado cobijo (tal como protegieron a Olaechea). ¡A ver si a los gringos les gustaría que le demos un premio a Bin Laden! Dejaron de fregar por la Berenson sólo cuando les tumbaron las Torres Gemelas y se enteraron del dolor que genera el terrorismo. Y allí sí los yanquis recurrieron a tribunales militares después de que tanto nos criticaron eso en los 90 (hasta los muy bárbaros han legalizado la tortura).
¿Y por qué Torre Tagle no protesta ante Londres por estos asilos? ¿A los británicos les gustaría que les demos cobijo a los terroristas islámicos? -No me sorprende la caída de García en este sondeo de Apoyo.
La “olla” le ha pegado feo en los sectores populares, amén de esa extraña terquedad de mantener gente quemada en el gabinete (¿se acuerdan todo lo que tardó en relevar a Mazzetti?). Pero no es tan dramático.
Ha regresado a los números –revisen– que tenía el 18 de julio y tal parece que éste es su “piso”, además de que lo importante para un gobernante es cómo termina. Si no, miren los malos dígitos de Clinton a la mitad de su Presidencia y los muy buenos de Bush a esas alturas. Hay zonas como la poco poblada selva que este gobierno ya las debe dar por perdidas porque tuvo el coraje de cortarle las granjerías contrabandistas de las exoneraciones tributarias. Y se ha hecho aún poco por ganar al humalista sur reduciendo la pobreza africana que existe allá, aunque allí además nos topamos con un problema de idiosincrasia difícil de cambiar (apoyan invariablemente todo lo que crean que sea joder o darle la contra a Lima).
Además, la pobreza serrana sólo se va a acabar con migración, porque nada va a salir en general de esos páramos alejadísimos (aunque la canola podría significar un gran cambio). Pero aparte de que no se están dando pasos audaces en reformas claves (Estado, institucionalidad, justicia, educación e infraestructura), vamos por el camino correcto.
Lean nomás ese editorial de El Mercurio donde se afirma que podemos alcanzar a Chile en PBI en tan sólo seis años. Y qué decir lo que publican a cada rato en la prensa colombiana sobre nosotros. Esto aún sin un TLC con EEUU y un “investment grade” ad portas que nos sumarían muchísimo. Por eso soy optimista, a pesar de que no creemos en nosotros mismos.
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