:: ¡Viva Cussianovich! (23/10)

-Leo en Semana Económica que McDonald’s está por abrir un local en Trujillo. Como se sabe, esta cadena no opera en nuestro país bajo franquicia ni en los food’s courts de los centros comerciales. Entonces, esto dice mucho del explosivo desarrollo de Trujillo y la mejora notoria de los bolsillos locales para que sea la primera ciudad provinciana donde va a entrar este monstruo gringo, que estudia mucho dónde abre sus puertas.
Uno pensaría que antes optarían por Arequipa o Cusco (por el flujo turístico), pero tal parece que Trujillo está encaminada a ser pronto la segunda ciudad del país. Es que tienen una actitud distinta que en Arequipa, y por eso uno se encuentra a gran parte del empresariado mistiano afincado allá. Para haber elegido a Guillén o haber hecho un disparate como el “Arequipazo”…
-Habría que examinar bien esto de que la señora del contralor Matute esté usando autos oficiales, porque si alguien precisamente no puede caer en este tipo de cosas es la máxima autoridad que supervisa el correcto uso y disposición de los bienes y caudales públicos. Me dicen que otros funcionarios gozarían también de esta gollería, pero eso no es disculpa. Por mucho menos renunciaría un funcionario en Chile o EEUU (aunque con la administración Bush II se ha visto cada cosa…), pero aquí no creo que eso suceda porque la vergüenza se ha perdido hace rato.
El único contralor que he visto digno de ese nombre fue el “negro” Miguel Angel Cussianovich, que a pesar de ser acciopopulista (Velasco lo deportó en 1972) y nombrado por Belaunde, no se casó con nadie nunca. Al segundo belaundismo lo tuvo sitiado con sus investigaciones sobre los escandalosos casos “Guvarte”, “Banco Minero” y “Mantaro-Pachitea”, y el primer aprismo tampoco la pasó cómodo hasta que éste le dejó el cargo a la opaca “compañera” Luz Aurea Sáenz, que jamás investigó nada relevante en un período tan rico en roches e irregularidades.
A ésta la reemplazó Enrique Caso Lay, que debe haber estado en coma, porque nunca se supo nada de él durante un período donde la corrupción batió todos los récords (María Herminia Drago y Carmen Higaonna fueron estrellas fugaces: ambas duraron menos de un año.
A Drago la sacaron por descubrir un chanchullo con el oro en el BCR). De allí llegó Matute, del cual supimos muy poco sobre sus actividades cuando Toledo, su amigo de ESAN, fue Presidente y se metía, junto a su ilustre familia, en líos –muy investigables, pero nada escudriñados por esta inerte Contraloría– prácticamente a diario ante el silencio matutiano, más digno de un hospital.
Ahora recién como que algo se está moviendo dentro de su letargo de lagarto asoleado, además de firmar curiosos acuerdos con la caviarada oenegeísta más cercana al toledismo (al igual que Beatriz Merino).
Sáenz, Caso Lay, Matute, caviares…
¡Cómo te extrañamos Cussianovich!