Como los alemanes que vivieron la catástrofe monetaria de Weimar, tengo una relación traumática con la inflación. Sin embargo, confieso que tiene un lado positivo: castiga inmisericordemente al que hace tonteras con la economía. No hay tutía con ella. No funcionan remedios heterodoxos, como perseguir especuladores, congelar precios, subsidiar, cartillas de racionamiento, placas de circulación por días para ahorrar en combustibles, concertar precios con distribuidores o productores, inmovilizar el cambio o imponer tipos múltiples, crear supermercados estatales, hacer trueques con otros países, quitarle ceros a la moneda… La inflación es como el Terminator de Hollywood: al final vendrá por ti y te hará polvo sin compasión, cual tsunami. Y te destrozará aún más mientras más tonterías hagas para evadirla.
No soy profeta, pero anticipo que la inflación acabará con Hugo Chávez y la pareja Kirchner antes del 2010. Así como hace unos buenos años escribí el artículo “Nace un Perón caribeño”, pronosticando lo que se venía, ahora tengo la plena seguridad de que la inflación se encargará de Chávez, pues veo muy difícil que se vaya a un modelo sin moneda, como el comunismo. Acaba de cometer la estupidez de declarar a su banco central “persona jurídica de Derecho Público sin autonomía”, mientras que las reservas internacionales quedan “bajo la administración y dirección del presidente de la República”.
Es decir, el ente emisor se vuelve absolutamente el monedero de un mesiánico populista, receta perfecta para una hiperinflación. Ahora, Chávez no va a irse sin que se derrame sangre. He vivido en Venezuela y los conozco.
Tiene un populacho muy violento (circular ahora por Caracas después de las 5 de la tarde es jugártela. Sales de Chacao o un par de barrios más y estás en Bagdad), que el chavismo ha comprado a base de regalos populistas. Pero serán los primeros que lo abandonarán cuando la inflación les destroce los bolsillos. Lo mismo los Kirchner. Si el marido hubiese sido astuto, se hubiera dado cuenta de que en este período se van a pagar las idioteces que ha cometido bajo su mandato. En lugar de dejar a un sucesor que no lo incomode y que le limpie los excesos (como su ex ministro de Economía y ahora candidato presidencial de oposición Lavagna), ha impuesto a la frívola y ambiciosa de su mujer.
A pesar de que botaron al jefe de su INEI para ocultar que la inflación anual se acerca al 20%, ya los precios se están desmadrando. Y no es como aquí, que subió estacionalmente el pollo, el camote y alguna cosa más. Allá está subiendo todo, todo y muy fuerte.
Y la falta de inversión en servicios por tarifas congeladas pronto va a generar apagones, cortes de agua, teléfonos sin línea, etc… Me imagino que la inflación llegara al 100% en ambos países alrededor del 2009.
Me voy a reír mucho de éstos, aunque tal vez Ecuador y Bolivia me hagan reír más (Evo y Correa son más patéticos) y en el 2009.
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