A César Hildebrandt le gusta ocultar algunos detalles desagradables de su pasado que demuelen su falaz fachada. Recientemente, tuvo que aceptar a duras penas que había servido a la dictadura de Velasco en la Propiedad Social, pero olvida que también fue un periodista planillero de esa tiranía militar como servil jefe de redacción de la revista Variedades de La Crónica en 1975.
Su respuesta cuando R.M. Palacios lo reveló tiempo atrás fue que “era un jovencito”. ¡Ja! Nacido en 1948, tenía 27 años cuando laboró de lustrabotas militar. Chiquillo no era como para no percatarse de la cómplice barbaridad moral que significaba trabajar en medios capturados por las botas, sea cual fuera el signo ideológico del gobierno, porque el hecho de que el régimen fuese izquierdista no disculpa para nada que se haya atropellado la libertad de expresión. Es más, hasta aplaudió deportaciones de colegas.
Y tremendo lamebotas que era el supositorio de Tico. Dan arcadas leer la entrevista sobona que le hace al Gral. Tantaleán (Variedades, agosto de 1975), donde llega al extremo de preguntarle “¿Qué papel le asigna a la prensa en una Revolución?”, en lugar de reclamarle al militarote por el fin de la libertad de prensa ocurrido en julio de 1974 con la expropiación de los diarios. Es más, le dice a Tantaleán que “a partir de la expropiación de la prensa y de su sectorización no ha habido, según algunos articulistas, una medida de profundización importante”. ¡No condenaba ese hecho, sino que hablaba de “una medida de profundización importante”!
Transcribo, para su eterna vergüenza, unas líneas que escribió (sección “En negro sobre blanco”, pág. 18, agosto de 1975) para que vean lo rabona que era con los militares, cómo los adulaba con basura como ésta, titulada “Esta Revolución, la nuestra”. “Una revolución auténtica no es una sucesión de transformaciones. Una revolución verdadera es un acto de ruptura radical con el pasado, la gradual pero inexorable abolición de la lógica que el sistema contra el cual la revolución insurgió, produjo y perfeccionó. La creación de un nuevo espacio político, de una nueva identidad nacional, el establecimiento de una institucionalidad revolucionaria perdurable, no se logran sino con un programa coherente y totalizador cumplido inflexiblemente en términos estratégicos. Siete años de esta revolución han cambiado fundamentalmente al Perú. No todo está dicho y falta aún mucho por hacer, pero lo sustantivo es que el programa revolucionario de largo alcance sigue su marcha a pesar de la reacción y el imperialismo. Eso es lo importante. Para quienes sufrimos tempranamente el dolor de un país roído por la injusticia, inviable por sus contradicciones, para quienes, de no mediar esa revolución, hubiésemos optado por la desazón devastadora o la lucha sin esperanza, esta revolución peruana y socialista significa algo más que garantizar la permanencia histórica del Perú como nación. Significa también el haber conocido la fe, el otorgamiento de un nuevo sentido a las cosas, la asunción de una esperanza que el devenir de los acontecimientos hace cada vez más razonable”.
3 comentarios:
Otro "periodista" que se dedica solamente a insultar para no responder o dar explicaciones sobre Epensa, los Agois, Suez Energy, desaciertos historicos, etc, etc...
Hildebrandt puede usar el argumento de que era joven y idealista cuando trabajo con Velasco, pero este "periodista" de más de 40 anhos no lo podrá utilizar nunca para justificar lo que esta haciendo actualmente...
hildebrandt se culeo a aldito m
Muchos piensan que hildebrant es honorable, pero tiene su pasado. Pero como es delante izquierda no pasa nada.
Porque igual lo idolatran. La izquierda no tiene mas cuadros, Rosa ma. Palacios el caso petrotech donde su marido esta involucrado también mancha su honorabilidad.
Quien mas hay de la izquierda?
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