Esta semana se dieron varios movimientos en nuestros países vecinos a los que hay que estar alertas. El primero fue que Chile anunció que está estudiando seriamente instalar plantas nucleares en su territorio, algo totalmente lógico en un país que casi carece de energía propia, que está comenzando a sentir que su crecimiento se ahoga por falta de ésta y que tiene dinero para hacerlo. Recordemos que Francia experimentó una situación así y por eso ahora el 70% de su energía es nuclear, lo que le permite autoabastecerse. Pero como que inquieta mucho escuchar la frase “Chile nuclear”…
¡Ya sólo falta que terminen desarrollando una bomba atómica en su carrera armamentista! De otro lado, la visita del radical presidente iraní a Bolivia es como para pararle los pelos a cualquiera. Por favor, que el irresponsable de Evo Morales no traslade los conflictos del Medio Oriente a nuestra área. Que no esté metiendo fundamentalistas islámicos antiyanquis cerca de nuestra frontera sur altiplánica, pues ya suficientemente movida la tenemos. Finalmente, mañana Ecuador decide si le da un cheque en blanco o no al presidente Correa para que instaure el chavismo allá mediante una Asamblea Constituyente, modelo que funcionó en Venezuela y felizmente parece que ha fracasado en Bolivia. Correa no parece ser un personaje muy equilibrado y su intención de que los escolares canten obligatoriamente el himno de su partido revela mucho. - Cómo se notó este jueves que Absalon Vásquez está de regreso en el fujimorismo con esta manifestación relámpago frente al Palacio de Justicia. Este es el único operador fujimorista que sabe mover gente rápidamente y en números decorosos.
Los reporteros y fotógrafos me dicen que habría de 4 mil a 5 mil manifestantes (en la tv se vio algo así) y ese no es un mal resultado para un mitin organizado sobre la marcha en un día de semana y fuera de una campaña electoral. El APRA sí te arma una manifestación así de rápido, si no acuérdense de las 10 mil personas que fueron a recibir a García de su exilio al aeropuerto en enero del 2001. Tengo mis dudas de que UN, los humalistas o los evangelistas hagan algo así, aunque tal vez lo lograrían, sobre todo los últimos. Pero de hecho había más gente que en una marcha típica de la CGTP o del SUTEP (que rondan las dos mil personas usualmente), ni qué decir de las raleadas convocatorias de las ONG caviares al monumento “El ojo que llora”.
Con muchísimo esfuerzo, posiblemente Patria Roja (o MNI) te junta un número así, cosa que sí está totalmente fuera del alcance de Susana Villarán o de Javier Diez Canseco. Seguramente, seguramente corrieron propinas, hubo movilidad y se regalaron cosas antes que muestras de amor y fidelidad espontáneas, pero igual se necesita “expertise” para organizar eso, cosa que Vásquez aprendió de sus años apristas. Parece que el fujimorismo quiere apostar ahora con el regreso de Vásquez a la carta popular, en desmedro de Raffo.
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