No me sorprende para nada que los diputados chilenos vayan a realizar una sesión en el hito No 1. Ondear la bandera para agitar el nacionalismo, “rally around the flag”, como dicen los gringos, es una fórmula distractiva muy eficaz cuando los gobiernos se hallan en problemas, y Bachelet, a quien La Moneda le ha quedado inmensa, está pasando unas semanas de pesadilla.
Se acercan las elecciones municipales y la Concertación, su coalición gobernante, se está resquebrajando, con partidos menores que quieren ir por libre en una aglomeración que ya hace pocos meses sufrió el cisma de un grupo importante de democristianos, lo que le hizo perder la mayoría parlamentaria en ambas cámaras.
A eso se ha sumado una nueva huelga de escolares (¡Bachelet no puede ni siquiera lidiar con colegiales!) y este paro de camioneros (los mismos que se tumbaron a Allende en 1973), aunado a un paro portuario en San Antonio (la terminal más importante de Chile) que ya lleva nada menos que una semana de vigencia. Los camioneros ya le doblaron la mano a Bachelet y obtuvieron que se rebaje el 80% del impuesto especial para nuevas carreteras que le aplican allá al diesel y el congelamiento del precio de este combustible por todo el próximo trimestre.
Otro problema que está enfrentando Chile es una inflación mucho más alta de la que experimentamos aquí (se les disparó a 1.25% en mayo o 9% anualizada, casi el doble de nosotros) y su crecimiento económico anda bajo (sólo 3% en el primer trimestre) para los buenos tiempos que se viven con las materias primas, especialmente el cobre. Es que están experimentando una severísima sequía, que ha paralizado la producción de energía en las centrales hidroeléctricas y los argentinos les han fallado completamente como abastecedores de gas (es que hacer negocios con argentinos...). Como bien explicaba The Wall Street Journal ayer, eso ha afectado la producción de cobre, que ya no es el “salario de Chile”, como le llamaban antes, pero que igual es importantísimo en sus exportaciones. Obviamente, esta sequía también ha afectado a sus agroexportaciones. Chile enfrenta hoy dos problemas serios: falta de agua y energía. Por eso es que están comenzando a darse el traslado de industrias chilenas intensivas en uso de energía, dado que la energía industrial proveniente de gas natural va a estar barata aquí (como consecuencia, ya origina el 30% de nuestra producción eléctrica y escolta al diesel 2 como el segundo combustible más usado del país, desplazando al GLP) hasta por lo menos el 2011, pues Pluspetrol acordó con este gobierno en octubre del 2006 establecer un precio muy bajo (con un incremento anual no mayor del 5%) del gas natural en boca de pozo, y por eso ahora está poco más de un dólar por millón de BTU, lo cual es irrisorio si lo comparamos con otros países vecinos.
Por todo lo anterior, no me sorprende que estos diputados chilenos se pongan a agitar la banderita para que la gente se olvide de sus problemas. Aquí Toledo y su canciller Rodríguez Cuadros también eran expertos en eso, aprovechando las metidas de pata, piraterías y falta de tacto en que a menudo caen nuestros vecinos.
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