- Revolucionaria la iniciativa tomada ayer por el Ministerio de Agricultura para tratar de resolver el problema del minifundio aglomerando en asociaciones a nuestros agricultores-jardineros. Primera vez que veo en mi vida que por fin un ministro de Agricultura enfrenta la peor herencia superviviente de la Reforma Agraria y que es la causa principal de la extrema pobreza rural. Tal como Chang en Educación con el problema del profesorado, Benavides ha ido a la vena. Ojalá tengan todo el apoyo presidencial y que ambos duren el tiempo necesario en sus carteras para poder terminar de redondear la faena.
- Tiene toda la razón de estar molestísimo el coronel PNP Luis Flores, jefe de la policía miraflorina, con el Ministerio Público. Resulta que el monstruo que mató y violó –en ese macabro orden– a Alenda, la niña sudafricana, en un edificio de la avenida Benavides, ya había sido detenido dos veces: una, por arrancharle la cartera a una señora mayor, que resultó con el brazo luxado, frente al Colegio de Abogados de Lima en la calle Santa Cruz; y otra, por haber hecho públicos actos sexuales exhibicionistas en la calle Tarata, para acto seguido masturbarse y frotarle el semen por la cara a una pobre escolar de 16 años que pasaba por allí. Sin embargo, fue liberado por los fiscales. Parece que este robo y esta barbaridad, que ha dejado traumada a la adolescente, son simples travesuras, palomilladas, mataperradas, para nuestros fiscales. Ya se tiene que acabar con tanta lenidad para con el crimen de parte del Ministerio Público y los jueces (que también a menudo liberan a los detenidos sin levantar cargos). Siempre escucho infinitas y fundadas quejas de la Policía, que desmoralizada siente que todo su trabajo es en vano y a la que encima la ciudadanía, ignorante de estos malos desempeños fiscales y judiciales, culpa invariablemente por el aumento del crimen.
Y como si no bastase esto, después vienen los chicos caviares la Defensoría del Pueblo de Beatriz Merino a buscar entablarles procesos por los derechos humanos de los criminales detenidos (“¡Pero que nunca se preocupan por los nuestros!”, se quejaba amargamente un guardia). Espero que la nueva fiscal de la Nación, Gladys Echaíz, ponga un poco de orden en sus fueros y sancione a estos fiscales que posibilitaron que ese sicópata haya seguido libre y le haya dado un fin tan cruel a esa pobre niñita. Ya no le podemos devolver la vida a Alenda, pero por lo menos que su horrenda muerte sirva para que esto no se repita.
A propósito, ¿alguien ha escuchado que las ONG de Derechos Humanos (Aprodeh, IDL, etc...) o feministas (las ONG Manuela Ramos, Calandria, Flora Tristán) se hayan ocupado de este caso? ¿La Defensoría del Pueblo? ¿Han asesorado y asistido a la madre? ¿Le han hecho algún tipo de reclamo al Ministerio Público por su pésimo proceder anterior? ¿Los siempre locuaces Francisco Soberón, Ernie de la Jara y Basombrío, “Coca” Yáñez, etc... se van a ocupar con su equipo legal de apoyar la acusación para que el PJ no termine soltando o dándole una pena leve a este infeliz que desmereció al género humano atropellando los derechos humanos de una niñita?
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