24 noviembre 2006

:: CGTP, ese cascarón vacío

Columna Diario Correo
Viernes 25 de noviembre de 2006
Por Aldo Mariátegui


Ayer probamos fehacientemente algo: que la CGTP no existe como fuerza sindical del sector privado. Como diría el buen Beto Adrianzén, es un “tigre de papel”.
El 80% de las federaciones que según alega la constituyen hace mucho tiempo que han desaparecido. ¡Para colmo de males, hemos encontrado que muchas del 20% restante niegan ser parte de la CGTP! Si les quitamos al Sutep (sector público), a Construcción Civil (que tiene un régimen especial) y a los independientes (vendedores de mercados, lustrabotas, etc…), la CGTP no tiene –salvo el sindicato telefónico– mayor presencia en el sector privado.
Por eso me carcajeo cuando van al Consejo del Trabajo con esas ínfulas de representar a todos los trabajadores y ministros –y colegas– ingenuos les paran mucha bola. ¡Charlatanes! Les quitas los anteriores mencionados y no llegan a cinco mil afiliados.
Sólo sirven para congestionar calles. Encima, ya vemos cómo están desarrollando su congreso en estos días, con las reelecciones de los mismos de siempre con un amarrado sistema, donde no se da lo de “un trabajador, un voto”, sino por asambleas arregladas que reeligen dinosaurios que viven de la teta de la licencia sindical.
¡Me imagino que Fujimori aprendió eso de la re-reelección de la CGTP!
Apuesto a que Gorriti no sabría manejar la tecnología telefónica de ahora, ya que tiene 10 años sin trabajar y la evolución en ese sector ha sido vertiginosa. Se debe ir al sindicalismo moderno, ese que ha creado Sara Horowitz, de familia de sindicalistas y graduada en Harvard, alrededor del cada vez más creciente sindicato neoyorquino llamado “Freelancers Union” (o “Sindicatos de Independientes”. Buscar http://en.wikipedia.org/wiki/Freelancers_Union, http://www.economist.com/business/displaystory.cfm?story_id=8135077 y http://www.freelancersunion.org/).
Horowitz se dio cuenta de que está desapareciendo aceleradamente ese viejo sindicalismo clasista y confrontacional, de obreros manufactureros que trabajaban para un solo patrón y que negociaban colectivamente cada año. Ese esquema sólo pervive para los trabajadores estatales. Hoy en el sector privado estamos en un mundo donde se cambia mucho de empleo y donde el trabajador tiende a tener mentalidad clasemediera. Las metas de Horowitz son las de proveer de una red social portátil a sus afiliados (beneficios de salud, discapacidad y seguros), además de siempre colocar las necesidades de sus afiliados ante la opinión pública (“visibilidad”).
Sus afiliados son básicamente los trabajadores independientes, signo de nuestros tiempos. Y plantear constantemente reformas en los temas tributarios, de empleo y laborales que beneficien a sus afiliados. Así, Freelancers Union se ha convertido en un bróker de seguros de salud sin fines de lucro (su producto, llamado PBN, cuesta la mitad del mercado), con gran poder de negociación por su tamaño. También ha conseguido descuentos para sus afiliados en grandes cadenas y para servicios legales. Y tienen un magnífico portal web con servicios, ofertas de empleo, capacitaciones profesionales y educativas.
Eso es modernidad sindical, no quemar llantas y reelegirse indefinidamente con federaciones fantasmas en asambleas amañadas.

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