29 noviembre 2006

:: Operación Harry Reid

Columna Diario Correo
Por Aldo Mariátegui

Transcribo a continuación las lúcidas apreciaciones de alguien desde EEUU:
“Tu editorial de hoy está equivocado con relación al TLC. Si vivieras acá y siguieras de cerca la dinámica política, te darías cuenta de que lo que ha hecho Alan García es lo correcto.
No había forma de que el TLC fuera aprobado en este ‘intermezzo’ parlamentario, con este terremoto político de la intensidad experimentada. Los demócratas no iban a dejarlo pasar por una cuestión de principios y los republicanos están corriendo como en esos comerciales donde te dan cinco minutos en un supermercado para que cojas gratis lo que puedas en tu carrito.
Unos te iban a bajar y otros a no hacerte caso. Además, muchos legisladores republicanos le echan la culpa de la debacle a Bush porque no botó antes al odioso de Rumsfeld, no abrió un poco las reservas petroleras federales para que la gasolina baje más y porque obtusamente se opuso a que el mínimo vital pase de US$5 a US$7 la hora. Los legisladores y congresistas reelectos fueron más bien quienes se alejaron, como Schwarzenegger, de Bush, que apesta ahora a pescado podrido. Tu planteamiento relacionado a la ‘seguridad nacional’ se quedó en la caída del Muro en 1989. Eso funcionaba cuando EEUU tenía un contrapeso en la URSS, pero actualmente ya no existe contrapeso y nadie, escucha, absolutamente nadie, considera aquí a Chávez como muy peligroso. Lo ven como un payaso que les vende calladito su petróleo. Y ni saben dónde queda Ecuador. ¡Perú nunca representará un asunto de seguridad nacional para EEUU! Y las exportaciones americanas van a crecer 0.0000001% con la apertura del mercado peruano. Esa es la realidad y tienes que vivir con ella. Las normas laborales y ambientales tienen que incorporarse si quieres TLC. Van a tener que ‘desinformalizar’ al Perú y comenzar a ser un país civilizado, no de pirateo, polución y explotación. No sé exactamente qué gestiones están haciendo HDS y FOZ, pero hay que cumplir con los rigores de la política interna americana y, si quieren TLC, pues tienen que hacer lo siguiente y lo antes posible: capturar al mormón Harry Reid, senador por Nevada y el próximo líder de la mayoría demócrata en el Senado.
Si bien Reid votó en contra del ATPDEA, el CAFTA y el TLC con Chile, existe una manera de asegurar su apoyo: contratar a los lobbistas de sus hijos Rory, Leif, Josh y Key y a su yerno Steven Barringer para cabildear con los demás demócratas.
Así, el TLC sale como por un tubo. Por allí tiene que venir el lobby, compadre. Nada más. ¡Olvídate del zambo Rangel! Hará lo que le diga Reid. Rangel está preocupado con otros asuntos internos más importantes que el TLC con un irrelevante país sudamericano y va a necesitar a Reid en el Senado para sus iniciativas legislativas. Si Reid avala nuestro TLC, Rangel también lo hará”.

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