08 noviembre 2006

LOS FALSOS LIBERALES

Un interesante artículo de Jose Alejandro Godoy recogido "en el tercer piso" http://desdeeltercerpiso.blogspot.com/

Hace dos días, escuché a Julio Cotler en el programa de Rosa María Palacios tocar el tema referido a la ley que intenta amordazar a las ONG's, promovida por el fujimorismo y auspiciada por el aprismo y por Unidad Nacional.
En dicha entrevista, Cotler dijo una de las frases más lúcidas que el reconocido sociólogo peruano ha proferido: "nuestro país no ha tenido una derecha liberal" y añadió "los liberales en el Perú son escasos" y muchos de ellos - señaló - provienen ahora de las canteras de la ex izquierda.
Pero el tema quedó rebotando en mi cabeza: ¿en verdad hemos tenido liberales en el Perú? Y creo coincidir con lo que dice Cotler, son pocos y contados con los dedos de la mano los liberales consecuentes. Mario Vargas Llosa es el primer nombre que se me viene a la mente. Fernando de Syzszlo otro. Por allí, Ricardo Vega Llona. Rosa María Palacios el último nombre. Y de allí no cuento a más - de notoriedad - en el Perú.
Es curioso que quienes se proclamen liberales en el Perú solo miren el aspecto de la apertura comercial y económica, sólo se preocupen cuando las empresas privadas son afectadas y aplaudan a los gobiernos de turno cuando se da una dádiva a los intereses empresariales.
En el Perú tenemos falsos liberales, gente que se presenta como defensora de las libertades, pero sólo de las económicas, quedándose sólo con el primer capítulo de los libros de Adam Smith y rindiendo un culto al mercado que ni los feligreses de la iglesia del pastor Lay profesan a Dios.
Son los que se callaron en los idiomas existentes en el mundo de los atropellos profusos efectuados por el fujimorismo durante la década de los noventa, los que apluadieron el golpe de Estado, los que pedían (y piden) dejar sin derechos laborales a sus trabajadores, los que exigieron luego a Toledo y García que reprimieran a sangre y fuego las protestas sociales, los que poco les importó que miles de compatriotas que viven en la sierra y la selva de nuestro país murieran a manos de SL o de las Fuerzas Armadas. Algunos de ellos incluso acudieron a la salita del SIN a recibir dádivas o a hacer gala de su "trato directo" con el poder.
Son los que aplaudieron la Ley de Amnistía, como Rafael Rey, los que exigían que Fujimori se quede en su puesto cuando la reelección inconstitucional se consagraba, como Julio Favre, los que vendían su línea editorial como Calmell del Solar (cuyo fantasma parece haber reencarnado en Luis García Miró, actual director de Expreso), los que llaman electarado a los que no votaron por su candidata, como Aldo Mariátegui. Los que acudieron a hablar con Montesinos a pedir favores, como Dionisio Romero. Los que son capaces de dar pena de muerte hasta a los carteristas, como Lourdes Alcorta.
Hoy están parapetados en sus medios de comunicación y escriben cosas como estas:
"Los mismos actores socialistas de los ochenta –hoy vestidos de metroizquierdistas– vuelven a denigrar al Perú. Recordémoslos viajando al extranjero para desacreditar al gobierno democrático de Fernando Belaunde Terry. Porque ese era –y es– su negocio: participar en foros y en conferencias ante medios del exterior, con el fin de desacreditar y extorsionar a nuestra nación. Este chantaje les facilitó siempre –y en simultáneo– adquirir poder y dinero. ¿Cómo? Al presentar ante gente poco informada el espectáculo de una supuesta lucha por los menesterosos, y los principios democráticos y derechohumanistas, para justificar pedidos de donaciones al extranjero, pero eso sí, a nombre de los pobres del Perú, cuando en rigor su objetivo fue –y sigue siendo– dominar al Estado peruano. Preparémonos entonces porque el poder caviar es inescrupuloso y mendaz. Pretendió desestabilizar al gobierno de Belaunde y ahora prepara una guerra sucia para debilitar a los flamantes Parlamento y Ejecutivo. Porque a las ONG no les interesan los pobres, los derechos humanos ni la democracia. Sólo el Poder, para seguir recibiendo dineros secretos del exterior sin transparencia alguna".
(Editorial de Expreso, 08/11/06)
"Sucede que Beatriz Merino –de regreso de las poderosas oficinas washingtonianas del Banco Mundial– ha retomado su viejo proyecto de ser candidata presidencial, presumiblemente el 2011. Y con la ingenuidad que la caracteriza considera que el ruido mediático de una prensa de vergüenza –comprometida hasta los pelos con las oenegés políticas– puede servirle de “catapulta” en su imaginario tránsito a la primera magistratura. Pero, ¿por qué Merino no protestó ante esa permisividad de su gobierno que engendró la reagrupación terrorista que hoy amenaza a la sociedad? ¿Acaso Merino alzó la voz cuando la Corte Interamericana anuló las sentencias a cadena perpetua para los terroristas, beneficiando tanto a Guzmán Reynoso como a Lori Berenson, “la joven norteamericana pacifista, defensora de los derechos humanos y periodista presa en el Perú” según señala la página web de su abogado, Ramsey Clark, quien como informamos ayer sospechosamente defiende –asimismo– a Saddam Hussein, uno de los principales colaboradores de la secta terrorista islámica Al Qaeda?"
(Luis García Miró, Expreso, 08/11/2006)
"Si bien es idealista y liberal, Merino también tiene indudables ambiciones políticas y por allí que razona que no vale la pena pelearse con la caviarada, dada la tremenda fuerza mediática que están demostrando. Es muy “políticamente correcto” y romántico quedar como una Juana de Arco en la defensa de libertades que supuestamente se estarían recortando (lo cual no es cierto en este caso). De otro lado, Merino demostró un razonamiento jurídico espectacular en su presentación con la frase: “Allí donde pocos alzaron su voz durante gobiernos autoritarios, las ONG canalizaron la decidida voluntad democrática de nuestro pueblo y reivindicaron los derechos que eran conculcados”. Esas palabras son: a) Un juicio de valor bastante relativo, porque hubo muchas ONG, como la Comisión Andina de Juristas y otras más, que firmaron jugosos contratos con Fujimori (y con integrantes que antaño apoyaron al dictador Velasco o a la dictadura del proletariado). B) Una evaluación política muy discutible, pues es dudoso que “hayan canalizado” algo cuando demostraron políticamente ser cuatro gatos en las urnas. Seguramente se referirá a la mesa de diálogo de la OEA, pero ésta se impuso por presión gringa, no por las ONG. O tal vez la Marcha de los Cuatro Suyos, aquella caviar gesta épica que supuestamente tumbó a Fujimori. Pero ésta también anda sobrevalorada. Lo que desintegró a Fujimori, cual la luz a Drácula, fue el video Kouri-Montesinos, y allí todo el mérito es de Olivera, un político, no de las ONG. C) Y lamentablemente es irreal ese aserto de que nuestro pueblo tiene una “decidida voluntad democrática”. Más del 40% votó por Fujimori. Posteriormente, Humala sacó una cifra similar. Y esos votos provenían mayoritariamente de C-D-E y de provincianos, que es lo que más se conoce coloquialmente como “pueblo”. No pues. Estas son simples opiniones, no el análisis jurídico riguroso que uno espera de una defensora del Pueblo. Si Merino sale a hablar, que nos diga que la norma es inconstitucional o represiva por “x” razones, no con frasecitas políticas".
(Columna de Aldo Mariátegui, Correo, 07/11/2006)

Y son falsos liberales, porque el liberalismo, desde John Locke, pasando por J. Stuart Mill y el propio Adam Smith hasta llegar a nuestros días no sólo cree en la libertad económica, sino también en la libertad política y en los derechos ciudadanos, en la igualdad de oportunidades, en la autonomía individual no sólo como consumidores, sino también como seres humanos.
Ni siquiera merecen título de "neo liberales", palabreja acuñada hace algunos años para denominarlos, sino el de "neo conservadores".
El término "neo conservador" no es como los epítetos que esta gente se atreve a soltar en contra de quien no piensa como ellos, es acuñado por la ciencia política desde los años ochenta. En un inicio hizo referencia a los asesores de Reagan que impusieron liberalización económica a todos los países del mundo y aplaudían dicha liberalización sin importar que en dicho estado se atropellaran los derechos ciudadanos. Hoy han vuelto a la Casa Blanca y encabezan uno de los gobiernos más torpes y desprestigiados de los que la historia norteamericana contemporánea tiene historia. Hablan de libre comercio, pero restringen beneficios sociales. Hablan de paz en el mundo, e invaden un país a la mala. Hablan de libertad, pero la restrigen con su Ley Patriota.
Hoy sus émulos en el Perú tachan de "caviares" a quienes le incomodan, a la prensa que no se alinea con el gobierno - como ellos lo hacen todos los días -, a quienes se oponen a su proyecto de control de libertades ciudadanas que busca no incomodar al capital, a la bayoneta y a su muy querido Cardenal. No responden con argumentos, lo hacen con los insultos y la prepotencia de la que siempre han hecho gala. Y desde algunas torres del Club Empresarial, el Cuartel General del Ejército y el Arzobispado de Lima, los aplauden con fruición.
Como lo dijimos hace unos meses, Joseph McCarthy, el perseguidor de izquierdistas, el que hacía cacerías de brujas, goza de buena salud en la ciudad de Lima.

2 comentarios:

José dijo...

Como se nota que ignoras sobre quienes son liberales en el perú ni Rafo Rey ni Lourdes Alcorta son liberales sino neo conservadores (no tiene nada de malo que lo sean pero vamos haciendo la distinción)

Dudo mucho que Julio Favre (a quién no le hace mucha gracia que por el TLC con los gringos vamos a poder comprar pollo a precios cómodos) o Vega Llona sean liberales y menos el tio Romero que con su chequera compra candidat@s a la presidencia. Mucho menos la tia Merino que ha chambeado con los rojos de la CAJ.

Liberales son Enrique Ghersi y Hernando de Soto.Informate primero.

Anónimo dijo...

Buena Gato, muy ilustrativo tu comentario. Como siempre, hay que estar corrigiendo en algunas cosas al Sr. Mariategui, que tiene mas o menos sus ideas claras pero que patina en algunos conceptos (talvez lo justifique el hecho de que su columna se pueda considerar entretenimiento politico).