09 junio 2007

Se le puso color de hormiga (08/06)

Fujimori, digan lo que digan sus partidarios, ha sufrido un serio revés ayer en Chile, perdiendo por goleada esta primera etapa de la opinión fiscal. Cierto que recién el partido comienza, que los fiscales son “acusetes” por reflejos profesionales y que la opinión de la señora Maldonado no es vinculante, pero sería muy “rochoso” para el juez Orlando Alvarez absolver completamente a Fujimori o dejarlo con tan sólo un par de cuadernillos abiertos tras este aplastante resultado.
Nada es químicamente puro en este mundo y por más que se diga que la bulla mediática no interfiere en el razonamiento judicial, nadie medianamente perspicaz puede negar que un procesado con tantas “condecoraciones” puestas por esta fiscal se la va a llevar fácil en el futuro. Se dice que como Alvarez es un hombre mayor y muy conservador (de corazoncito pinochetista, según afirman algunos), sería benigno con Fujimori, pero hasta ahora el magistrado ha sido impecablemente neutral, incluso ordenando su inmediata detención en un centro policial por un buen tiempo al comienzo (Menem estuvo siempre libre desde el inicio en su caso), aunque ahora se podría plantear una detención domiciliaria por peligro de fuga. Uno puede atreverse a predecir que muy probablemente Fujimori pase a segunda instancia por lo menos con un tercio de los cuadernillos señalados por Maldonado, lo que ya es bastante en términos de imagen. Y allí sí se juega el partido de verdad, en un segundo tiempo complicado frente a los cinco miembros de la Segunda Sala Penal Suprema, integrada por Alberto Chaigneau (quien la lidera), Nibaldo Segura, Jaime Rodríguez, Rubén Ballesteros y Hugo Dolmestch.
Según un análisis de Caretas, Chaigneau, Segura y Ballesteros han sido en varias ocasiones favorables a Pinochet en causas judiciales, mientras que Rodríguez y Dolmestch sí han sido siempre invariablemente duros contra el ex dictador (pero ojo que Rodríguez rechazó la extradición del publicista fujimorista Borobio). Visto todo esto, y con las presiones políticas que me imagino que deben estar dándose allá para que no venga aquí y le complique la vida al APRA, el pronóstico es reservado. Pero dada la cantidad de indicios en tantos cuadernillos, sería bien “rochoso” que lo absuelvan. ¿Escaparse? Su único santuario es Japón, así que o se asila en la embajada nipona en Santiago o llega allá por avión. Como una repetición de su vuelo se ve difícil, tal vez esté pensando en entrar a la embajada, pero ojo que no sería considerado asilado político por Chile y tendría que quedarse a vivir allí. Y si lo traen, pues tendremos película entretenida para largo. Iría de frente a la Corte Suprema, órgano que tendría que ver cada expediente. Eso tomaría un par de años por lo menos, siendo optimistas. Y un careo con Montesinos sería curioso. Y las ONG haciendo circos en las calles. Y los congresistas fujimoristas haciendo de las suyas. No, aburrido no sería.

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