01 abril 2008

Bueno lo de Piñera (25/03)

Ultimamente Torre Tagle debe estar de plácemes. El viaje de García al Asia no sólo cerró definitivamente un capítulo de pésimas relaciones con Japón, sino que ha abierto la posibilidad de establecer una “relación especial” con China. Lo más positivo de la estancia en Tokio fue el renacimiento del Consejo Empresarial Peruano-Japonés (CEPEJA), un foro integrado por altos funcionarios del mundo de los negocios japonés que lamentablemente fue desactivado –torpeza de Toledo– tras la fuga de Fujimori y que nos hubiera posibilitado tener un TLC con la segunda economía mundial desde hace mucho tiempo. El CEPEJA nos va a abrir muchas puertas allá. Que el Emperador mismo haya recibido a García y el inusual embanderamiento de algunas calles de Tokio con enseñas peruanas demostraron mucho dentro de los sutiles mensajes de gestos y símbolos asiáticos. En cuanto a China, también se terminó de reconstruir otra relación debilitada por Toledo, que anunció que se iba a reconocer a este país como una “economía de mercado” (se lo reiteró al vicepresidente chino Zeng Qinhong aquí en Lima en el 2005) para tontearlos después. Cuando trabajé en una importadora traté mucho con chinos y lo peor que se puede hacer con ellos es apelar a la criollada, como lo hizo Toledo. Son muy serios –y sensibles– con la palabra dada y las relaciones personales. Felizmente no sólo se ha avanzado bastante hacia un TLC sino que se sentaron las bases para una “relación especial”, similar a la que los chinos mantienen con varios países africanos, a los que les construyen infraestructura, dan amplios préstamos y les dan prioridad en compras, además de no tener que depender tanto económica y políticamente de las presiones de EEUU y Europa. Claro que eso significa hacerse los locos con la represión en el Tíbet y la falta de democracia allá, pero la “realpolitik” y el bolsillo deben guiar los intereses de un país pequeño como el nuestro. Y la última sonrisa de la Cancillería se debe haber dado con esta visita de Piñera a Lima, quien no sólo ha tomado a bien que hayamos acudido a La Haya, sino que le metió palo a su país por haber “hayizado” la relación con Perú y frenado proyectos comunes, como la ampliación de la agenda comercial. Ojo que con su buena performance electoral pasada, la mediocre gobernante que ha resultado Bachelet y la ruptura de la Concertación por parte de un sector democristiano, Piñera es el favorito para ser el próximo presidente chileno. Además, tranquiliza que el máximo representante de la derecha chilena actúe así, pues siempre se le tuvo por más dura y nacionalista que la izquierda, amén de estar muy vinculada a la intransigente Armada sureña, a la cual no le ha hecho mucha gracia nuestro reclamo marítimo. Muchos –me incluyo– tememos que Chile pueda reaccionar mal de perder en La Haya de aquí a cinco años y que puedan suceder cosas desagradables, como que no reconozcan un fallo adverso o se provoque un incidente limítrofe para congelar el tema o se ataquen naves peruanas que transiten por una hipotética franja ganada por nosotros, etc… Por eso lo de Piñera ayer es muy positivo.

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