01 abril 2008

Sunat, comunas y ONA (29/03)

-Me preguntan si es tan mala esta iniciativa para que las municipalidades pasen a cobrar algunos tributos que actualmente recauda la Sunat. En principio, la administración tributaria debe estar centralizada, pero a ver, especulemos cómo podría lo planteado tener más sentido. En primer lugar, soy partidario siempre de utilizar programas piloto cuando se quieren implantar cambios administrativos muy radicales o muy novedosos. Me parecieron por ello muy pertinentes las admoniciones de Luis Alberto Sánchez con respecto a la regionalización, que él veía muy complicada, por lo que aconsejaba comenzar con una región piloto para empezar a delegarle responsabilidades y ver cómo la cosa evolucionaba en unos cinco años, a fin de aprender pasito a paso y después replicar el modelo en todo el país. LAS era partidario de que la región Grau, como se conocía a Tumbes-Piura, sea la primera. Desgraciadamente no se le oyó. Por eso la regionalización fracasó en el primer gobierno aprista y ahora hace agua por todos lados, gracias a que Toledo, muy presionado por los apristas, la puso en marcha de cualquier manera.
Así, a lo que voy es que primero fijaría a una municipalidad como piloto de este programa, siendo mis candidatas Miraflores (por ser una de las más ordenadas) o La Victoria (porque se mueve mucho dinero allí dentro de una informalidad rampante). Acto seguido, lo que impulsaría es una suerte de sociedad entre la Sunat y la municipalidad. La agencia tributaria apoyaría a la comuna con su know-how y su poder coercitivo (lo que podría facilitarle también que se cobren los arbitrios y prediales), mientras que el concejo aportaría su conocimiento del universo de sus calles. Juntos saldrían a rastrear evasores y, de cazarlos, la Sunat le transferiría un porcentaje de lo percibido a la municipalidad. De otra forma, no veo la manera en que esta iniciativa tenga la más mínima posibilidad de éxito. Instaurar masivamente y de frente esta reforma podría significar un colapso tributario y se armaría un desorden tremendo. La mayor parte de comunas ni siquiera pueden cobrar sus arbitrios (en Barranco existe una evasión del 50%. Y hablo de un sitio céntrico, ubicado en pleno Lima. Imagínense provincias) y administrativamente están en pañales. No podrían lidiar con esto.
-La ONA podría servir para un manual de cómo no hacer las cosas. Uno escuchó su exposición y llega a la conclusión de que no tienen ni Visión ni Misión, algo básico en cualquier emprendimiento. Tampoco se han establecido cuáles son sus linderos y funciones dentro del Estado, por lo que choca con la Contraloría, el Ministerio Público y el PJ, y comprensiblemente estos entes le hacen la guerra. Y adolecen encima de presupuesto. No se ve una política comunicacional para que el público entienda para qué se ha creado esto. Tampoco se hizo una labor de acercamiento al desconfiado Congreso, por lo que éste también le ha declarado la guerra desde todas las bancadas. Finalmente, existen 28 millones de peruanos y a Carolina Lizárraga se le ocurre llenar el sitio con los polémicos e impopulares “caviares”, como si no hubiese más gente capacitada para este trabajo, y con sueldos demasiado altos para lo que se gana ahora en el sector público. Eso garantizó aún más rechazo. Si querían que esto no funcione, pues la hicieron linda. Una pena.

No hay comentarios.: