Después de buen tiempo vuelvo a releer al sabio romano Séneca y creo que es muy enriquecedor, por lo que comparto como distractiva y provechosa lectura dominical –no todo va a ser política siempre– algunas máximas que he marcado de “Las Cartas a Lucilio”:
-Terrible: “Algunos enseñan a defraudar con su temor a ser defraudados y hacen legítima la traición con sus sospechas” -Patriótica: “Ulises se apresura hacia su pedregosa Itaca del mismo modo que Agamenón a los nobles muros de su Micenas; pues nadie ama a su tierra por ser grande sino por ser suya”.
-Profunda: “El colmo de la desdicha reside no sólo en complacerse en lo vergonzoso, sino en resolverse a ello y deja de haber remedio cuando se llega a aquel punto en que los vicios son ya costumbres”.
-Muy peruana: “La sensatez no se toma prestada ni se compra; y creo que si estuviera en venta no tendría comprador. La insensatez, sin embargo, se compra cada día”.
-Una muy cínica y elitista, como después de ver un programa de Laura Bozzo: “¿Cómo puede complacer al pueblo quien se complace en la virtud? La popularidad se persigue con malas artes. Tienes que hacerte semejante a ellos: no te darán su aprobación si no te reconocen. Viene mucho más al caso lo que pienses tú de ti mismo que lo que piensen los demás. La admiración de los indecentes no se puede alcanzar más que por razones indecentes”.
-Una muy sabia: “No puede acudir con muchos ánimos a la competición aquel atleta que nunca ha recibido magulladuras. Aquel que ha visto el chorro de su propia sangre y el crujido de sus dientes, aquel que, zancadilleado, ha soportado toda la corpulencia del adversario y ha sido abatido sin que abatiese su ánimo, aquel que cada vez que ha caído se ha levantado con más tesón, ése entra en el combate lleno de confianza”.
-Para los huachafos: “Grande es quien usa la vajilla de barro como si fuera de plata y no es menor quien usa la de plata como si fuera de barro. Es propio de espíritus débiles el no saber sobrellevar las riquezas”.
-Civismo: “La estúpida avaricia de los mortales distingue posesiones y propiedades y nadie considera suyo lo que es público: pero quien es sabio no cree que nada más sea más suyo que aquello que comparte con el género humano”.
-Ánimo: “¿Te preocupas por las palabras? Puedes darte por satisfecho si sales adelante con los hechos”. Es increíble pensar como fracasó en su labor de preceptor del emperador Nerón junto a Burro (sí, así se llamaba otro sabio). Los primeros años del gobierno de éste fueron muy buenos en cuanto siguió los consejos de ambos, pero luego los apartó y finalmente le ordenó al anciano Séneca que se suicide. Luego cometería las barbaridades ya conocidas.
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