15 abril 2008

¡S.O.S. Huancavelica! (08/04)

Interesantes, divertidas, impopulares y deslenguadas las declaraciones este domingo de Federico Salas, presidente regional de Huancavelica, la más pobre circunscripción de nuestro país, la que tiene índices africanos de desarrollo y que clama a gritos por un shock de inversiones para aliviarle la vida a su medio millón de habitantes. No se debe olvidar que casi el 40% de toda la electricidad sale de allí, así que efectivamente existe una deuda con esa olvidada comarca hasta por ese aporte de riqueza. Es que Huancavelica es un caso especial y el gobierno deberíafocalizar sus esfuerzos allí porque experimenta una situación de emergencia. En lugar de almacenar tantos millones en un fondo de contingencia, deberían destinar de varios centenares de millones de dólares a Huancavelica para que deje de aquí al 2011 de ser –por muy, muy lejos– la número uno en miseria, pues es líder en: desnutrición infantil (¡70%!); mortalidad infantil (¡70 por mil!); analfabetismo (femenino en su mayoría); escasa castellanización; deserción escolar; amén de falta de caminos (¡sólo el 5% asfaltado!), luz, agua (¡70% sin servicio!) y desague (¡91% sin éste!), con un promedio medieval de 7 hijos por mujer, la tasa más alta del país. No puede ser que más del 90% de su población “viva” en condiciones míseras (75% vive en el campo y muy dispersos), con 60% de pobres extremos. Dato curioso: el 90%de su población vive en el sector norte (Tayacaja,Angaraes, Churcampa, Acobamba y Huancavelica). O se les ayuda allá (lo cual es indudablemente complicado, dado que es una gran estepa con población desparramada) o se favorece la inmigración ordenada y masiva de todo su norte a Ica, donde faltan brazos. Pero volvamos a Salas. A pesar de su cargo, piensa que no deberían haber comicios para presidente regional sino que esta autoridad debería ser elegida entre los alcaldes provinciales. Según Salas, esto evitaría la burocratización y el onegeísmo que advierte se están dando en algunas regiones. Llega a afirmar que esta regionalización, hecha tan apuradamente por Toledo, “es el equívoco en el Perú”. Es más, tampoco le gusta el título de “presidente” porque algunos de sus colegas se están “endiosando” y desconfía de crear macrorregiones, porque a los departamentos más chicos les llegan menos recursos por favorecer a los más grandes en esas aglomeraciones. Y no se amarra la lengua, pues tras quejarse de la poca colaboración de los estamentos medios de los ministerios y de las absurdas interferencias de los congresistas (el humalista Miró Ruiz tuvo la desfachatez de moverle 12 millones de su presupuesto sin consultar a nadie. ¿Acaso ignora que los legisladores no tienen iniciativa de gasto?), le mete palo –para desagrado de un sesgado entrevistador, que se muestra como un obvio simpatizante de este sector en una repregunta– a Huaroc y Simon por “caviares” y “onegeístas”, pues le desagradó mucho que lo inviten a tratar el tema de la desnutrición infantil en el Sheraton en lugar de un sitio más modesto y recalca como ejemplo que acaba de detectar que en un programa de irrigaciones “de cada 100 soles que se van a invertir, 60 soles son para capacitación, talleres, cafecitos y tonterías”. ¡Plop!

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