-Advirtiendo con tiempo: García va a ser –muy justamente– sepultado por las críticas y encuestas si el 15 de agosto próximo el sur chico sigue sin reconstruirse cuando se cumpla un año del sismo. Ya abril está a la vuelta de la esquina, así que le quedan escasos cuatro meses y medio. Por lo pronto, el ministro de Vivienda, Enrique Cornejo, debería mudarse allá por un tiempito, junto a varios funcionarios de Registros Públicos y el batallón de ingenieros del Ejército. Asimismo, para aquel entonces la ministra Zavala debería cerciorarse de que hayan habido avances visibles en la autopista Lima-Ica y en el aeropuerto pisqueño, Lemor de ProInversión ya debería haber concesionado el puerto de Pisco, y la ministra Fernández ya debería haber comenzado a edificar el nuevo penal de Tambo de Mora y asegurado que las iglesias sean certificadas por Defensa Civil, pues en esos locales fue donde se registraron más muertos. Sería una vergüenza horripilante, una gran inhumanidad y una muestra de incapacidad gigantesca que llegue agosto y los damnificados sigan viviendo en carpas o se vean escombros por las calles. Que los sensuales oropeles de la APEC y la Cumbre Latinoamérica-Europa no nos hagan olvidar esa llaga aún abierta llamada Pisco, pues es mucho más importante pavimentar pistas allá que la avenida Arequipa en Lima. Que los visitantes extranjeros no se vayan tan impactados como los tenistas españoles que vinieron para jugar la Copa Davis y visitaron Pisco en febrero. No puedo olvidar la cara indignada de Emilio Sánchez-Vicario, el capitán del equipo peninsular, cuando regresó de allá. Debe haberse ido pensando lo peor de nosotros. Y con razón.
-Tras este papelón con el desafuero de Tula y esos números en las últimas encuestas, al Congreso no le queda más que proceder rápidamente a sancionar a Cajahuanca, Pando y Vega, pues sus actos son iguales o incluso peores (esa historia del repartidor de gas que acabó de asesor de Cajahuanca es patéticamente tercermundista). Mucho se juzgará la actuación de Gonzales Posada con estos casos.
-Veo el intento de fuga en Lurigancho y me pregunto: ¿por qué Popy Olivera pudo edificar Piedras Gordas tan rápidamente y con pocos recursos y éstos aún no ponen la primera piedra de una sola cárcel? Por lo menos que descongestionen Lurigancho (¡10 mil reclusos!) abriendo El Frontón, solución rápida y barata que ya se aplicó en los 80. -Sospechosamente, en el yacimiento petrolífero de Pluspetrol en Andoas se repitió un patrón de actuación ya conocido: llegan foráneos para azuzar a las masas indígenas locales contra una compañía que explota un recurso natural, apelando incluso a la violencia. Para variar, el país perdió mucho dinero (se dejaron de producir miles de barriles de crudo) y un efectivo policial fue abatido ante el silencio de las ONG de derechos humanos. Raro que pase esto a cada rato, ¿no?
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