En Perú.21 escribe un señor Luis Pásara, que acostumbra pontificar, sermonear y condenar, amén de hacerse pasar por un paladín de las libertades. Hicimos un poco de arqueología y encontramos que este caballero fue un entusiasta partidario de la dictadura velasquista, con una columna en el entonces capturado Expreso, medio que había sido entregado por los militares al Partido Comunista-Unidad (el mismo de la CGTP de Huamán).
Si bien su principal preocupación era la llamada “propiedad social” (un modelo copiado de la Yugoslavia comunista para acabar con la propiedad privada), hallamos una columna que lo descalifica moralmente de escribir en un diario que es propiedad de los Miró Quesada, una familia que sufrió directamente la confiscación y la detención domiciliaria de Luis Miró Quesada de la Guerra, abuelo del actual director de El Comercio. Lo más curioso es que Pásara ofrece esta “fórmula” el lunes 2 de julio de 1973 –casi un año antes de la toma de los diarios por las botas, tras lo cual se aplicó esta propuesta–, por lo que todo indica que este caballero fue el ideólogo de esa barbaridad.
Tras descubrirse esto, sería un baldón para el director Álvarez Rodrich mantener a este señor allí, pero no me sorprendería: no le dio ni una línea a la inauguración del monumento miraflorino a los periodistas perseguidos por la dictadura. Es que este es un país que no tiene memoria o la tiene selectiva para no caerle mal a los caviares y después no te recuerden incómodos pasados fujimoristas y pases “piola” o hasta hables y escribas pestes de aquel al que alguna vez diligentemente serviste. En fin.
El artículo se llamó “Los medios de comunicación: ¿A quién?”, publicado en la página 12, sección Editorial. Copio algunos extractos porque es larguísimo en su palabreo marxista:
“Uno de los problemas que enfrenta todo proceso de cambio que busca ser estructural es la transferencia de los medios de comunicación social. Para que dejen de ser instrumentos de mantenimiento del sistema, bajo el control de minorías dominantes o de sus aliados. Y se conviertan en expresión de los sectores mayoritarios (...) Y es el momento de buscar nuevas formas que aseguren que los medios de comunicación (diarios, radios, televisión) estén realmente al servicio de la mayoría. Lo que el Perú ha padecido durante largos años es el manejo de los medios de comunicación por los mismos grupos dominantes en la economía y en la vida política (...) La concentración del poder a través de los medios de comunicación es dañina. Sea en manos de grupos privados dominantes, sea en manos de una burocracia controlista. Hay que buscar nuevas fórmulas. Y la propiedad social puede ser la gran alternativa. Entendida como el revestimiento jurídico del derecho de información y opinión ejercido directamente por los sectores populares. Para que ni ‘dueños’ ni burócratas hablen ‘en nombre’ de ellos. Sino que ellos mismos hablen.
Hay que pensar en la transferencia de los medios de comunicación social a los sectores populares organizados. Para desterrar la ‘verdad’ de los intereses reaccionarios y prevenirnos de la ‘verdad’ burocráticamente decidida”.
¡Qué horror! ¡A lo que indujo! Debería por lo menos pedir disculpas públicas...
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